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El tiro por la culata

Es la expresión que usamos cuando un plan se echa a perder o resulta contrario al propósito inicial, y es el título escogido para nuestro editorial de hoy por los siguientes tres casos, en los que se refleja el odio visceral de quienes hoy enarbolan la bandera de la oposición. Veamos: a Luiz Inácio Lula da Silva, de 78 años, actual presidente de la República Federativa del Brasil, le iniciaron un proceso judicial por presuntos hechos de corrupción con la empresa estatal de petróleo y gasolina Petrobras, el cual terminó en condena por 12 años, quedando privado de la libertad y sin poder inscribirse como candidato en los comicios de 2018, no obstante haber interpuesto recursos contra el fallo los cuales se encontraban aún sin resolver, pues así lo contempla la legislación interna. La susodicha condena fue anulada por el Tribunal Supremo Federal en el año 2021 por falta de competencia de quien investigó y juzgó al expresidente y por considerarlo “no imparcial”. El resto de la historia la conocemos, Lula llegó por tercera vez a la Presidencia en la pasada elección de 30 de octubre de 2023 derrotando al entonces candidato y presidente Jair Bolsonaro. Se le quiso hacer un daño a Lula, y se terminó catapultando su candidatura.

Seguimos con el alcalde de Bogotá Gustavo Petro, a quien la Procuraduría General de la Nación lo investigó, destituyó e inhabilitó por 15 años, por ordenar cambio en el modelo de recolección de basuras del Distrito Capital en el 2013. El destituido funcionario acudió a la Corte Interamericana de los DD. HH. logrando un fallo en su favor, pues la Corte adujo la falta de competencia del entonces procurador Alejandro Ordoñez Maldonado, para destituir a dicho funcionario público democráticamente elegido y restringirle sus derechos políticos, y por considerar que no se respetaron principios tales como la presunción de inocencia y la imparcialidad. El resto de la historia es conocido por todos, y hoy Gustavo Petro es el actual presidente de Colombia. Seguimos con el más reciente de los casos, nos referimos a presidente de España, Pedro Sánchez, quien por estos días decide si continúa en el Gobierno tras denuncias instauradas por supuesto tráfico de influencias y corrupción, contra su cónyuge Borgoña Gómez. ¿Pero quién formula la denuncia? Un sindicato supuestamente “independiente”. Terminamos con este comentario. La denuncia del sindicato, según los entendidos, podría no llegar a ninguna parte como ha pasado en otras ocasiones con las denuncias impulsadas por este sindicato. Moraleja: Cuando el afán de causar daño a otra persona te ciega lo más seguro es que cualquier intento para destruirlo termine fortaleciéndolo.

Cita de cierre: “Entonces se acomodó en la cama, sin cambiarse de ropa ni apagar la luz, y volvió a dormirse llorando de rabia contra ella misma por la desgracia de ser mujer en un mundo de hombres” (En agosto nos vemos). Gabriel García Márquez. Página 120.


Por: Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com

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