BITÁCORA
Por: Oscar Ariza
Una de las formas de mostrarse de acuerdo con Dios padre como el dueño y regulador absoluto de todo lo que hay en el universo, como su ordenador, es teniendo temor de Él. Temer a Dios es reconocerlo por lo que es; Santo, poderoso, recto, puro, omnisciente y sabio.
Cuando tengo temor de Dios, busco tener un comportamiento adecuado para agradarlo, mi comunión íntima con Él aumenta a través de la oración en solitud, es decir, desde una soledad deseada para encontrarlo y sentirlo con más facilidad. Cuando tememos a Dios, Él nos muestra cómo elegir el camino correcto, incluso nos enseña a tomar nuestros problemas y convertirlos en herramientas de progreso.
Dios ofrece una amistad íntima y verdadera a aquellos que lo reverencien y lo tengan en el más alto honor. En la Biblia hay una constante referencia a lo bueno que resulta la vida cuando tememos al Señor. Hay muchas promesas por reclamar en el temor a Dios: “Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen.” (Salmo 34:9); “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.”(Salmo 34:7); “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.”(Salmo 112:1-2); “¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!“(Salmo 31:19); “Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.”(Salmo 85:9); “Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.”(Salmo 145:19); “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.”(Proverbios 16:6) Cuando tengo temor de Dios, genero más necesidad de entrar en intimidad con Él. Una de las claves para encontrar el éxito de Dios, es Orar sin cesar y buscarlo en todo momento para que podamos prosperar más allá de lo material.
El mundo de hoy nos absorbe tanto a través de ocupaciones diarias y sin darnos cuenta terminamos alejándonos de Dios, cayendo en un estado de enfriamiento, que si no lo advertimos a tiempo, empezarán a surgir dificultades, pues nos apartamos de la luz del Espíritu Santo que guía. La misma rutina termina por ponernos en varias direcciones y si descuidamos la intimidad con Dios, nos alejaremos del camino correcto.
A diario tenemos que tomar decisiones con respecto a nuestro trabajo, familia, dinero, sociedad y sentimientos que nos llevan en diferentes direcciones; de ahí que es fundamental buscar a Dios y reconocer que sin Él, nuestros puntos cardinales están confundidos. Reposar en Dios es la mejor solución para que sea Él quien tome el control de aquello que siempre hemos querido resolver con nuestras fuerzas. Dios encamina a los humildes y cuando reconocemos quien es Él en nuestras vidas, cuando caemos humillados ante sus pies, entonces nos muestra cómo elegir su camino.
Este es el tiempo para luchar contra el orgullo, la soberbia y los dolores del pasado; es tiempo de abrir nuestro corazón para que Dios cure las heridas, perdone nuestras equivocaciones y nos muestre el camino correcto; ese que nos lleva al triunfo sin vanidades, orgullos y falsos heroísmos. Es tiempo de transitar con firmeza en sus sendas.
Pide en oración que Dios te muestre al camino para lo que resta del año y lo que ha de venir, para que sea Él quien te dé la victoria y la fuerza para salir adelante: ” Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado; olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno. Bueno y justo es el Señor; por eso les muestra a los pecadores el camino”. (Salmos 25:4-8 NVI)
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