A pesar de que estamos a tres meses de las elecciones para gobernador, alcaldes, diputados y concejales vamos a seguir manejando el tema político para irnos preparando en la escogencia de los candidatos.
Actualmente es el tema que tiene loco a los vallenatos. ¿Por quién van a votar? Donde hay tantos candidatos. Para muchos de nosotros es todo un dilema; ¿Votar por quién? ¿Cómo hago para no equivocarme? ¿A cuenta de qué voy a votar?
La verdad es que para muchos electores no es fácil tomar esta determinación, pero hay que tomarla. Veo un poco de frialdad en la ciudadanía. ¿Será por lo lejano de las elecciones o porque muchos de esos candidatos no llaman la atención? ¿Será que a excepción de unos pocos candidatos las alternativas en esta oportunidad, es por decir, no menos tibia, y poco convincentes? ¿Será por el “tutti frutti” de candidatos que hay? ¿Será por la falta de seriedad de algunos candidatos? Por eso los invito a analizar para ver si toman una determinación sensata.
Comencemos por decir que algunos de esos candidatos cumplen con los perfiles exigidos, otros no. Entonces nos queda fácil escoger.
En mi caso, no es fácil ser columnista y escribir objetivamente sobre política y esa es mi preocupación. Sin embargo, trataré de ser lo más objetivo posible. El periodista es más objetivo. En cambio, un columnista debe aplicarle más subjetividad a sus aplicaciones y a la información que suministra. Pienso sin excepción que todos los columnistas llevamos en el fondo de nuestro pensamiento a un candidato preferido que mantiene oculto o no, dependiendo de las circunstancias.
Personalmente en el momento oportuno, me gusta revelar como siempre lo he hecho, por quién voy a votar, me parece lo más honesto con el elector, porque siento que la función del columnista es orientar a la opinión y una de las formas de hacerlo es precisamente decir por quién se va a votar y por qué. Pienso que la campaña se tornará estresante y fatigante con matices ingeniosos, inteligentes y nuevos. Seguramente los planteamientos y propuestas abundantes y quizás originales. Eso está bien. Fortalecer la política la hace más llamativa para los indiferentes y más interesante para los activos, pero eso sí, que sea una campaña con altura, con ardentía, si se quiere, pero con respeto por las ideas y las personas. Sin panfletos ofensivos ni términos hirientes como en otras ocasiones. Esa debe ser una norma de oro no sólo de los candidatos sino de sus seguidores.
POSTDATA
Ojalá los candidatos sepan afrontar el desafío de no seguir aplazando lo inaplazable y de seguir prometiendo lo imposible sólo para ganar votos.