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El tema de los costos de producción y el ingreso real

Al oído del Ministro

Por José Félix Lafaurie Rivera

Las reducciones de los precios de la carne y de la leche, registradas con mayor intensidad en los últimos meses, están deteriorando en forma importante la actividad ganadera del país.

Es una realidad que profundiza la difícil situación de los ganaderos, y que ha sido atizada, por una parte, por el constante aumento de los costos de producción, y por otra, por la pérdida de capacidad adquisitiva de los ganaderos, toda vez que el índice de precios de la economía crece con mayor rapidez que los ingresos de los productores, pero que además revela grandes fallas estructurales en la comercialización de la carne y de la leche, que hace que la baja de precios pagados a los productores no sean recibidos por los consumidores.

En el caso de la leche, si se toma como referencia el precio pagado al productor en diciembre de 2008 como base cien, a julio de 2010 su precio estaba por debajo en cerca de 3 puntos, en tanto que el índice de precios al consumidor, IPC, aumentó en ese lapso 4,5 puntos. Esto significa que los productores de leche perdieron 7.5 puntos de capacidad adquisitiva –lo que reciben no alcanza para cubrir el costo de vida-.

Cosa contraria ocurre con los productos procesados. En efecto, los derivados lácteos y el queso superan, de lejos, el incremento general de precios de la economía. En el caso de los derivados lácteos, sus precios se situaron 12.2 puntos en julio de 2010 por encima del precio tomado como referencia (diciembre de 2008) y, por supuesto, por encima de la inflación en 7.7 puntos. Igual ocurre con los precios del queso, pero en menor proporción debido a la caída del precio en el último trimestre.
Es evidente entonces, que la disminución del precio pagado al productor, no sólo no se trasladó al consumidor final del producto sino que los procesadores aumentaron significativamente sus márgenes.

Un productor lechero de la región de Ubaté me comentaba dos efectos derivados de ésta destorcida de precios. Uno, que se estaba cambiando paulatinamente a carne aunque veía en este renglón una tragedia similar, y dos, que la explicación de la baja de leche podría deberse al posible ingreso a Colombia de leches europeas próximas a vencerse mediante la triangulación entre Europa y países del sur de América e ingreso por Cúcuta.
Los informes de la Policía Nacional sobre incautaciones de leche en polvo, evidencian que hay un contrabando. Lo que no puede saberse es su magnitud, para establecer su impacto en la baja de precios al productor nacional.

En carne la situación es igual de crítica. Tomando como referencia el mismo período (base diciembre de 2008), el precio del novillo gordo está por debajo en 14.1 puntos, es decir, que frente a la inflación estos productores han perdido 18.6 puntos.
La situación en el ganado flaco es aún más grave y pone de manifiesto una futura contracción del hato. Así de sencillo. Entre diciembre de 2008 y julio de 2010, el índice de precios de este ganado registra una caída de 2.2 puntos, pero paralelamente los costos exhiben un incremento de 9.4 puntos. Se observan entonces dos brechas importantes. Por un lado, el aumento de la diferencia entre ingresos y costos, que es de 11.6 puntos; y por otro, la brecha entre ingresos e inflación, que es de 6.7 puntos.

Así las cosas, se hace necesario actuar en varios frentes. Por un lado, fortalecer el control de precios de los insumos. Ya el gobierno anterior había tomado cartas en el asunto al poner en libertad vigilada el precio de los fertilizantes simples y compuestos (urea, triple 15), los agroquímicos (herbicidas e insecticidas) y finalmente los medicamentos, pero sólo entró al régimen de libertad controlada el primer grupo. Infortunadamente quedó por fuera el de las sales mineralizadas que es un insumo de alto impacto en la natalidad.
Igualmente se hace necesario actuar en otras fases de la cadena para redistribuir mejor los valores agregados y hacer que efectivamente las bajas de precios dinamicen la demanda y se inicie un ciclo de mejora de ingresos de los productores. Esto al oído del Ministro de Agricultura.

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