Leonardo Jiménez y su familia, durante estos días tienen la labor de conseguirles padrinos a 200 niños de la invasión Los Ciruelos, tarea que no es nada fácil, pero tampoco imposible; por ello el trabajo que realizan es duro y requiere de mucho esfuerzo y sobre todo amor para lograrlo.
Ya quedan menos de 20 tarjetas de niños pendientes por ser apadrinados, las que le quedan a Leonardo, quien busca apoyo en personas particulares, para que sean ellas y su núcleo familiar, las que se encarguen de entregar una muda de ropa y un regalo de Navidad al pequeño que apadrinen.
Esta misión que tienen los Jiménez, comenzó en Valledupar hace cuatro años; desde ese momento le han alegrado la Navidad a más de mil familias de sectores vulnerables del municipio; siendo el propósito, hacer una obra social enfocada a personas que de verdad lo necesitan, acobijados en la Fundación Vive Internacional, que en el Cesar está representada por Leonardo Jiménez.
“Esta fundación nació en Bogotá hace siete años, la conformamos un grupo de compañeros del Fondo de Empleados de la Registraduría, encabezada por el presidente Raúl Neira; hoy cada uno está en su ciudad de origen haciendo sus actividades, hemos entregado útiles escolares, regalos de Navidad y alimentación, hemos intervenido sectores como La Nevada, 25 de Diciembre, invasión Emmanuel y Los Ciruelos”, explicó Leonardo Jiménez.
Aclaró que “lo bueno de esta fundación es que no hay intermediario, si no que el mismo padrino entrega de manera directa su obsequio al beneficiario, no se busca entidades, preferimos a personas para involucrar a su grupo familiar y de esta forma todos se unan en apoyar a ese niño”.
La gestión
El motor de esta fundación es Leonardo, quien es tecnólogo en dactiloscopia, trabajó durante siete años en Bogotá con la Registraduría Nacional del Estado Civil, su tarea era la de reseñar a las personas con limitaciones físicas y mentales, ancianos y población vulnerable, era colaborador de esa oficina.
“Como esos son puestos políticos, me ofrecieron un puesto en Venezuela, allá duré cinco meses, esperando un puesto que nunca se dio, así que me gasté gran parte de mis ahorros, luego me vine para Valledupar y monté una empresa de servicios con un socio que me dejó en bancarrota y desde ese entonces estoy manejando un taxi, sin dejar de hacer obras sociales”, indicó.
Agregó que lo que lo lleva a hacer este trabajo por los niños, es que él y sus siete hermanos tuvieron una niñez parecida a la que viven estos menores, con muchas dificultades, mudándose constantemente de casa porque no tenían muchas veces para pagar arriendo, y a su mamá le tocó trabajar duro lavando y planchando ropa ajena, después logró conseguir un puesto de aseadora en el Colegio Bilingüe y ahí pudo alcanzar una pensión y su casa propia, viviendo con la satisfacción que le dan sus hijos.
En Los Ciruelos
Leonardo explicó que desde hace tres meses comenzó el trabajo en el sector de Los Ciruelos, al noroccidente de Valledupar, en donde las familias viven en cambuches con muchas incomodidades y es notoria las necesidades que tienen.
Allí identificaron a 200 niños, en su mayoría desplazados y vulnerables, con edades hasta los 12 años; a este grupo poblacional, que ya están censados y más del 90% apadrinados, se les entregarán regalos y ropa el 15 de este mes, en el Parque Los Algarrobillos, en donde habrá recreación, refrigerios, almuerzo y el encuentro de los niños beneficiarios con sus padrinos.
Serán 320 almuerzos los que esta fundación entregará el 15 de este mes, que serán repartidos para los 200 niños y 120 madres que acompañarán a los menores, esto se logró con el apoyo de varios restaurantes de la ciudad, a donde Leonardo, ha tocado puertas.
Por Yelene Cuan Pertuz
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