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El talón de Aquiles del municipio de Valledupar

Para quienes crean que administrar al municipio de Valledupar en los próximos 16 años, será una tarea fácil, están equivocados. Disponer de una maquinaria, de una abultada chequera y poseer un soñado deseo gratuito de tener ese honor, no son condiciones suficientes.

Al municipio solo le esperan sudor y lágrimas, tomando la expresión de Churchill. Desde que Valledupar cayó en poder de sátrapas, involucionó tal que hoy está en franca quiebra. Y esos mismos que han causado la debacle, reinciden en la idea de explotarlo hasta el límite para sus intereses de casa, ya en forma directa con algún familiar, ya mediante alguna marioneta de esas que están convencidas de que el fin justifica los medios.

Las casas del poder local ya están en acecho. ¡Qué descaro! Hace 20 o más años venimos cuesta abajo en lo social y lo económico; la ciudad de Valledupar está en ralentí, es un sepulcro blanqueado y no todo lo que brilla es oro. Tenemos dos tipos de graves problemas, pero no sabemos dónde termina lo estructural y donde comienza lo coyuntural. Estructurales, de suyo, son los bajos indicadores sociales que tenemos, como pobreza, bajas tasas de escolaridad y deficientes niveles en educación, así como problemas serios en salud, abuso sexual entre otros. La movilidad y la inseguridad que si bien podrían clasificarse como coyunturales, ya hacen parte de la estructura social. En forma transversal a estos ha actuado la mala gestión de muchos ineptos e indecentes burgomaestres. El talón de Aquiles de un municipio es su baja capacidad de generar recursos propios y de invertirlos racionalmente.

Históricamente los ingresos tributarios (IT) en las ciudades capitales son el 49% de los ingresos corrientes -IC- (Cuentas Fiscales Nacionales); aquí, en promedio, solo suman 22.6%. Por esto, este municipio depende del Sistema General de Participación, SGP, que en promedio aporta el 65% de los IC. El 94% de los IT de Valledupar lo aportan cuatro tributos: el predial (24.2%), industria y comercio (27.6%), alumbrado público (22.2%) y la sobretasa a la gasolina (19.9%). El predial, que es un impuesto directo, debería liderar los recaudos; sin embargo, desde el 2000 al 2013, la tributación per cápita es de $85.000, en promedio (valores reales de 2006), el más bajo en comparación con municipios como Santa Marta, Montería, Neiva, Armenia y Villavicencio.

Para este año, el presupuesto disminuyó 5.62 mil millones de pesos (MM) respecto al de 2014 pese a que el número de predios se incrementó. Hoy el municipio le está facturando a 111.670 predios y esperan recaudar por este concepto 56.7 MM de pesos en 2015 sobre un monto esperado de 80MM$ según el valor catastral (8.4billones de pesos) según el IGAC para Valledupar. Y ¿cómo combatir la pobreza? Según el DANE, somos 16° en pobreza monetaria entre 23 capitales y 10° en miseria. La verdad es que hay que hacer algo, tenemos que romper con ese pasado ominoso y poner un pivote a partir del cual podamos elegir nuevas figuras sin ataduras vergonzosas con el pasado. nadarpe@gmail.com

Luis_Napoleon_de_Armas_P.: