Cuando los jóvenes inician su carrera deportiva siempre sueñan con lograr sus objetivos primarios como ganar medallas, sobresalir en su región y llegar a alcanzar primeros lugares en el podio de los certámenes internacionales más representativos en su disciplina.
En el fútbol específicamente, el jugador aspira ganarse la titular de su equipo para jugar en los mejores partidos y demostrar todo su potencial. Por supuesto uno de los mayores sueños, es el de jugar en el extranjero y mucho más en Europa donde este deporte tiene una mayor connotación por su calidad y estilo diferente. Y paradójicamente esto lo están logrando niños de 11 años que apenas inician su camino en el balompié, gracias a la gestión de Régulo Pineda Arregocés que a través de sus contactos llevará a un grupo de pequeños a Francia para disputar el Torneo Internacional de Pascuas que se realizará en la ciudad de Montreul en este mes.
“Estos niños van a vivir el último paso que hace un jugador profesional: viajar a Europa. Y mejor aún es verle la alegría a ellos, que en su mayoría son de muy bajos recursos”, afirmó Pineda.
El jefe de misión del viaje afirma que desde que inició el proyecto, su vida cambió. Ahora quiere luchar por hacer obras sociales a través del deporte, debido a que es licenciado en educación física y administrador de empresas puede poner sus conocimientos al servicio de los que más lo necesiten.
“Cuando uno ve el deporte no como un negocio, si no de la parte social, se enfoca la vida de uno al servicio de los demás. Se sabe que hay dinero para mantener el proyecto pero lo más importante es brindarle la experiencia a los pequeños y que no dejen el balón por un ipad”, aseguró.
Y precisamente ese tema es el que quiere implementar en los padres de familia, ya que está preocupado porque la tecnología está reemplazando a los balones. Dijo que su mayor competencia son los Ipads, computadores, Smartphones y Plays. Por ello exhorta a los dirigentes a que además de remodelar los escenarios deportivos se creen más. Al pasar por Serdeportes e Indupal sabe que muchas veces no hay recursos pero es fundamental la creación de nuevos espacios para volver a ver a jugadores de ‘potreros’, de barrios y aquellos niños que lloraban por un esférico y por salir a jugar con los compañeros a pie descalzos.
Por Tatiana Orozco Mazzilli
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