Mucho hemos esperado para ver transitar los buses modernos del Sistema Integrado de Transporte a cargo del SIVA, una entidad dirigida en la práctica entre el Gobierno nacional, la Gobernación y el municipio.
Se contó, desde el inicio, con la participación del departamento, – fortalecido con varias fuentes, entre ellas de regalías- lo cual fue clave pues su despegue coincidió con la decisión de la alcaldía de Fredys Socarrás de acogerse a la Ley 550 de reestructuración económica que, aunque permitió congelar las acreencias, le limitó poner la parte que le correspondía al plan de inversiones. Gran parte de los recursos los coloca la nación, dentro de un esquema de transporte de ciudades intermedias menores de 600 mil habitantes como Valledupar, Montería, Santa Marta, Ibagué.
No es el sistema de las grandes ciudades en las que se diseñaron buses con carriles exclusivos tipo Transmilenio y Transcaribe.
Se previeron estaciones de paraderos y el ingreso con tarjetas inteligentes; se proyectaron, con la universidad, rutas principales y alimentadoras, para complementar el transporte peatonal, de bicicletas, motos y vehículos, a precios asequibles para desplazamiento de buses seguros y climatizados. Se discutió si esos buses eran de gas, superando el tradicional ACPM, y hoy se empieza a exigir el uso de automotores eléctricos, en el justo afán de disminuir los niveles de contaminación y hasta de ruido en las ciudades. Es decir, se vienen aumentando las necesidades de comodidad, ambientales y de cubrir una cabecera municipal más extensa año tras año, que supera en la actualidad según el último censo los 460.000 habitantes
El pueblo vallenato requiere saber cómo se organizarán los buses, cuántos son, qué tipo de paraderos habrá y en qué lugar, cuál será el costo del servicio y qué beneficios tendrá. Se debe considerar que la motocicleta tiene sus beneficios como tomarla en el lugar más próximo y conducir al usuario al destino final. Tal vez ello explique que el bus sea más barato en la actualidad que la mototaxi.
El SIVA ha quedado convertida en una entidad contratante de obra pública de infraestructura vial, rehabilitando las tradicionales avenidas de la ciudad y algunas nuevas como La 27 – está terminando sus últimas obras como las proyectadas en el centro histórico o la glorieta de Las Flores – Maria Mulata-; escogió la vía fácil contratando del orden de $100 mil millones de ‘arreglacalle’, dilata y dilata el establecimiento de una red de transporte vehicular eficiente para Valledupar, y su dirección no informa ampliamente, como es su deber, de manera transparente y clara qué se propone hacer. Es una de las motivaciones de convocar este diario dentro de la primera Feria de la Movilidad Inteligente a un foro que inicia el próximo viernes 22 para que se informe, se debata y se analice este vital tema, junto a los otros modos alternativos, para evitar las emisiones contaminantes, el mal humor, la inseguridad y el tiempo que el ciudadano pierde en transportarse.