Por: Luis Elquis Diaz
El pasado lunes cuatro de abril comenzo a regir el Decreto que prohibe la circulacion de parrilleros hombres mayores de 14 años. Esta medida es comprensible, en virtud del efecto coyuntural motivado por el indice de asesinatos acaecidos en la ciudad, que en lo que va corrido del año presencia un evento de este tipo cada dos dias.
Sin embargo, la medida no deja de ser un atenuante temporal con la firme intención de revertir el accionar delictivo con el apoyo incesante de la Policia Nacional. Naturalmente la lucha contra la delincuencia organizada debe continuar, pero con nuevas estrategias, atendiendo especialmente las modalidades delictivas como los atracos y robos a mano armada que persisten no obstante a la restricción.
Ponderamos la medida y admiramos el comportamiento de los mototaxistas, desde luego, tambien nos asiste la preocupacion por la lenta gestión en torno a la implementacion del Sistema Estratégico de Transporte. Resulta incomprensible que mientras en el seno del Concejo Municipal se debate la manera de hacerle seguimiento al Plan de Ordenamiento Territorial, un grupo del gremio transportador espere el decreto que ordenará nuevas rutas de buses en nuestra ciudad.
Valledupar está agobiada por dos problemas perceptibles: La inseguridad y La inexistencia de un Sistema de Transporte Público. Combatir la inseguridad y sus ramificaciones es – naturalmente- complicado. Pese a ello, la implementacion de estrategias coyunturales y represivas contribuyen a encontrar soluciones temporales al problema. Entre tanto, en lo relacionado con el Sistema de Transporte, considero poco inteligente discutir un plan de ordenamiento territorial, ciertamente desarticulado, pues el desarrollo de la ciudad debe configurarse de manera armónica e incluyente, con la participacion de los gremios económicos, la academia y la comunidad, para contemplar los factores claves para la competitividad, a traves de la priorización de obras de infraestructura.
La ciudad ha crecido sin una hoja de ruta definida, son pocas las novedades en once años del milenio, donde ha sido notorio el absurdo estancamiento. Por lo tanto, la ciudad y sus habitantes se merecen un esquema de transporte público no sólo por necesidad, sino ademas para tener algo para mostrar a nivel nacional diferente a nuestra música. Con obras de evergadura inició su proceso de recorversion la ciudad de Medellin despues de las angustias de la decada de los noventas.
Valledupar, tiene la ventaja de ser reconocida por su hermoso folklor, esta ventaja comparativa puede apalancar un modelo de transporte público organizado, ágil, económico, protector del medio ambiente y garante para el fomento de la industria turística. Que atractivo sería denominar a cada bus con el nombre de un juglar o canciones de nuestro folklor, de igual manera a los estacionamientos como los tiene transmilenio en la capital del país.
Señores del gobierno municipal, departamental y el gremio transportador no se trata de sacar buses a la calle a su suerte, eviten el fracaso. La implementacion del esquema de transporte publico necesita diagnostico, planificacion, acompañamiento y articulacion para que se constituya en un circuito organizador con la capacidad de generar cadenas productivas, valor agregado y creacion de empleo.
Nota:
Me da pena. Con esta frase iniciaba fragmentos de sus opiniones nuestro presidente Juan Manuel Santos. Con certeza varios mandatarios locales del departamento del Cesar, sintieron lo mismo el sábado pasado, en el desarrollo del Acuerdo para la Prosperidad.
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