Aunque no hay una fecha exacta de cuándo sucedieron las cosas o de si tal vez fueron producto de la imaginación, los habitantes del sur de La Guajira y norte del Cesar siguen recordando las historias que causaron terror en la época de sus antepasados, cuyos relatos han sido transmitidos de generación en generación de abuelos a nietos y padres a hijos.
Una de las leyendas más populares es la del Silborcito. Un peculiar personaje de baja estatura que vestía con ropas anchas, sombrero gigante y cuya presencia se hacía notoria porque expresaba un silbido ensordecedor y agudo, que perturbaba a la comunidad y se escuchaba a kilómetros de distancia. Su personalidad era osada e impertinente, tal vez porque frecuentemente aparecía a altas horas de la noche, en la madrugada y en los días lluviosos del mes de octubre.
¿El Silborcito intimidaba a niños desobedientes?
La figura del Silborcito era usada por algunos padres de familia para lograr que sus hijos indisciplinados cambiaran su conducta, causando pavor en algunos que hacían caso omiso.
Tal vez un caso que genera recordación fue lo sucedido a un niño de 12 años de edad en el corregimiento de Mariangola, zona rural de Valledupar. Su madre le insistía que todas las noches antes de dormir hiciera sus necesidades fisiológicas para que no se orinara en la cama. Sin embargo, este aprovechaba este momento para leer historietas con una vela al no contar con el servicio de energía eléctrica.
Lee también: La leyenda del jinete sin cabeza que causó terror en el Cesar y La Guajira
Una noche, después de tantos llamados de atención de su progenitora, salió al patio de la casa a orinar y se quedó leyendo los cómics. Su madre le decía que ingresara rápido a la casa para que se acostara a dormir con sus hermanos, pero este decidió desobedecer y quedarse leyendo los cómics.
Cuenta la leyenda que con el paso de los minutos una calavera se le apareció en la oscuridad y el galope de un caballo se empezó a escuchar. Al indagar de qué se trataba encontraron que era un hombrecillo que tenía un sombrero que estaba montado de espaldas en un caballo, el cual silbaba. Fue tanto el miedo del niño que dejó el mechón y las libretas tiradas para salir corriendo a resguardarse, pero de la impresión y el miedo no alcanzó a llegar a su casa, sino que se desmayó.
Contienda con el Silborcito
En San Juan del Cesar, una de las historias más recordadas del Silborcito fue una contienda que tuvo con un campesino de la zona, la cual es contada en la actualidad. Este el relato:
Era de madrugada. El campesino salió al patio de la casa donde vivía a encender el fogón de leña para preparar los alimentos y trasladarse a una finca a pastorear el ganado. De un momento a otro, el silencio que se sentía en el lugar fue interrumpido por un fuerte silbido y la presencia de un enano que insistía en ponerle un sombrero para que se fuera con él. El lugareño decidió enfrentarlo y amenazar con quemarlo con un tizón de leña hasta que logró que su imagen desapareciera con el pasar de las horas.
“El Silborcito le decía: ‘Te lo pongo’ y él le respondía ‘Te quemo’”, contó una de las personas que recuerda la historia, la cual todavía lo hace erizar del miedo.
Mitos y leyendas
Las leyendas y mitos de la región Caribe son relatos que deben perdurar en el tiempo. Hacen parte de la tradición oral y la riqueza cultural de los pueblos. En el mes de octubre, por la celebración de Halloween, EL PILÓN presentará varios relatos contados por abuelos y antepasados que en algunos casos superan la ficción.
POR: CARMEN LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN