Acertada la decisión de la Contraloría General de la República (CGR) de convocar a más de veinte entidades públicas a una gran audiencia sobre el río cesar, celebrada ayer. Con la presencia de las gobernaciones de Cesar, La Guajira y Magdalena, las corporaciones Corpocesar, Corpoguajira y Corpomag, los municipios a lo largo de su cauce, incluyendo a El Banco, que es un gran receptor de sus aguas que van, a la ciénaga de Zapatosa (60.000 hectáreas), a lo largo de sus 280 kilómetros en sentido norte-sur, y con afluentes significativos como el Ariguaní y el Guatapurí.
Son múltiples los problemas del río, que hace un siglo desde El Salguero fuera navegable hasta su final desembocadura en el Magdalena. EL PILON, desde antes de celebrarse el principal evento público que organizó para sensibilizar y dar a conocerlo, en 2016, “Miremos al Río Cesar”; desde su creación hace casi 26 años ha insistido en su recuperación. Ese río es serpentín que nos une cual hilo madre a los departamentos que otrora fueron el gran departamento del Magdalena, y define muy bien, por los municipios que cruza, a la vieja provincia, con su riqueza etnográfica y cultural.
Se ha buscado con esa audiencia escuchar a las entidades, una a una, en cómo en sus planes de desarrollo y programas han identificado acciones para enfrentar el reto de la recuperación integral de la cuenca.
Participaron de la Contraloría por representación del contralor, Marta Lúquez, funcionaria de la Delegada de Participación Ciudadana y los gerentes de la CGR en los departamentos, entre ellos el cesarense Límar Blanco. Líderes ambientales formularon preguntas centrales en reunión previa coordinada por Johana Casallas.
Resaltable la presencia del gobernador Monsalvo durante la Audiencia mostrando la atención de su gobierno por lo ambiental.
Se reafirmó la responsabilidad de los municipios y sus empresas de servicios en la descarga de aguas negras residuales sobre su cauce sin el debido tratamiento. Valledupar es un lunar que no puede dar ejemplo a los municipios vecinos, el principal y más visible contaminador, con Emdupar. El sistema de lagunas Salguero, la única descarga de aguas residuales de la ciudad, deja mucho que desear. De ahí que la primera mesa constituida será sobre este problema.
Aunque hay ya algunos instrumentos aprobados como los planes de ordenación y manejo de los cauces ( POMCA), de varios ríos afluentes que bajan del Perijá, y el aprobado en marzo del Guatapurí, sin presupuesto, veeduría, ni ejecución efectiva, morirán como los ríos; hay uno de la cuenca baja del Cesar.
“Se propone pasar, si es el caso, del ‘control fiscal participativo’ al ‘control fiscal’, con más dientes. De lo deliberativo a lo solucionable, evitando la ‘soberbia técnica. Escuchar a todos, y armar la gobernanza”, (Lúquez).
Participarán también universidades, sector productivo y sector público. En esta etapa es más importante que una declaratoria judicial del río como sujeto de derechos (declaratoria que inició con el río Atrato) o cualquier acción pública judicial, un conocimiento, convencimiento y fortalecimiento de la cultura ciudadana e institucional y, hechos inmediatos.