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El rezago económico del Cesar

Las cifras están sobre la mesa, la crisis de la economía colombiana ha tenido un mayor impacto en el Cesar, este departamento en estos momentos muestra un rezago frente al promedio de recuperación económica que registra la media nacional.

La noticia no es nueva, esa ha sido la tendencia de los últimos años debido a la disminución de la explotación minera en el Cesar con la salida de la empresa Prodeco y también en razón a la conjugación de muchas otras causas entre las que se cuenta la pandemia del Covid -19. Lo que realmente inquieta mucho es que no se esté actuando en consecuencia para enfrentar la situación.

Los recientes datos del DANE y según los análisis del CESORE, publicados por EL PILÓN, indican que existe una disparidad evidente entre 2019 y 2023, la economía del Cesar ha sufrido una caída del 5.1 %, considerada como el peor desempeño a nivel departamental en el país. Y lo que se percibe es un déjame estar de la institucionalidad, sector privado y demás estamentos de la sociedad cesarense.

¿Qué están haciendo la Gobernación del Cesar, los diputados, los alcaldes, los concejales, los congresistas, la Cámara de Comercio, Fenalco, los gremios, la academia, la cultura, los medios de comunicación, entre otros? Bueno, por lo menos, en foros y conversaciones ya se está hablando de ello.

Se ha reiterado sobre las razones que pueden explicar por qué el Cesar ha experimentado una recuperación más lenta en comparación con otras regiones. Una de ellas es la dependencia significativa del departamento de sectores como la minería, que ha enfrentado dificultades al disminuir su explotación y por el comportamiento voluble en los precios.

Antes del carbón el Cesar se mostraba como un departamento pujante, pero con el paso del tiempo fue claudicando en los otros procesos productivos; eso hoy le está pasando facturas a su economía. Se analizará si fue el efecto de la destorcida algodonera y que si no hubiera sido por el carbón la debacle hubiera sido mayor. En esa interpretación la minería fue un salvavidas que además generó un gran crecimiento poblacional, de gente que demandaba todo tipo de servicios públicos y privados.

Ese auge inicial debió ir acompañado con infraestructura y proyectos productivos, en el campo principalmente, sostenibles y diversificados, pero los dineros para ello de las regalías, salvo algunas excepciones, se usaron mal, se despilfarraron en proyectos innecesarios, sobredimensionados; cuando no se las robaron. Esas debilidades, de los gobiernos locales, también han restringido el comercio y la movilidad, bajando la competitividad del Cesar en los mercados. La cereza del pastel: dice CESORE que en el 2023 el país solo ejecutó el 85.5 % del gasto público, mientras que el Cesar fue peor con una ejecución en inversión del 65.7 %.

Aunque haya ahora buenos propósitos generales -y estrategias-, se requiere microgerencia, talleres formulando y diseñando proyectos, especialmente productivos (no solo infraestructura), generadores de negocios, ingresos, empleos; trabajar en llave Universidad Empresa y Estado. Hacer un portafolio de proyectos. La gente habla por ejemplo de irrigación. ¡Pero en el norte del Cesar, donde más se requiere por bajas lluvias, fuera de los que puede hacer un propietario en su finca, no hay el diseño de un solo proyecto!

Se requiere trabajar en grupo en reuniones de mesa redonda y talleres y menos discursos de atril y tarima.

Categories: Editorial
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