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El revés político del presidente Obama

Por: Basilio Padilla

En los E.U., sucede algo que no pasa en Colombia y mucho menos en nuestro departamento, el Cesar: cuando los políticos no cumplen su plan de gobierno o cuando las cosas no van funcionando bien, generalmente la ciudadanía se une y despide a la mayoría de los incumplidos, aun cuando estos gasten enormes sumas de dinero para quedarse en el poder.

Simplemente esto le ha sucedido al presidente Obama y a su partido demócrata. El desempleo aumentó casi a 10%; el déficit se ha triplicado; el programa de salud que propuso el presidente sin la participación de los republicanos ha sido un desastre, ya que ha tenido los efectos contrarios, es decir un aumento de  los costos para la gente; el proyecto llamado “cap and trade” del presidente, consistente en un sistema de control de emisiones contaminantes por las cuales se proveen incentivos económicos para su reducción, tenía una oposición general ya que supuestamente iba a crear más desempleo; el incremento de programas de estimulo y la intromisión del gobierno en la creación de programas que coartaban algunas libertades individuales.
Además de todos estos temas, también existían los pocos discutidos por la prensa, como la insensibilidad política y moral en asuntos que tenían que ver con los juicios de los terroristas retenidos en la bahía de Guantánamo y la construcción de la mezquita musulmana en Manhattan, a  una cuadra donde sucedió el acto terrorista de 9/11, y la percepción de que en temas de seguridad el país ha retrocedido.

Finalmente, el gran tema de la inmigración ilegal que afecta más que todo a estados fronterizos con México con el gran agravante de la guerra con narcotraficantes que mantiene este país. Esta serie de situaciones, complicada con una discordia continua con los grandes hombres de negocios de Wall Street y las amenazas de reforma del sistema de finanzas, ha hecho que la popularidad de Obama haya caído a niveles tan bajos.
En su afán de establecerse como un hombre de cambio el presidente Obama había decidido aprobar varios proyectos de gran envergadura, sin la participación del partido opuesto y con poca intervención de la ciudadanía en general. Los resultados de las pasadas elecciones fueron catastróficas para los demócratas donde perdieron más de 60 sillas a la cámara, dándole la mayoría  a los republicanos con 11 gobernaciones, 21 legislaciones a nivel estatal y 6 curules más a senado.
Estas ganancias para un partido, no se habían visto desde el año 1936. Las pérdidas fueron aun más agudas en los estados donde el mismo presidente se había concentrado, tratando de ayudar a amigos y estados considerados claves para las próximas elecciones presidenciales como son los de Ohio, Illinois y Pensilvania. Prácticamente donde los demócratas se salvaron fue en el estado de California donde la senadora Barbara Boxer pudo retener su silla, después de una agitada campaña con la ex presidenta ejecutiva de la compañía Hellet Packard Carly Fiorina y la gobernación ganada por el demócrata Jerry Brown.
Con estas elecciones la situación de reelección del presidente se ha complicado y muchos ya hablan de un solo término. Los politólogos hablan y analizan la forma como en la Casa Blanca se perdieron las formas de la diplomacia y el presidente se había rodeado de un grupo cerrado de personas que no le daban el frente a la ciudadanía y que pensaron que las nuevas ideas que debían imperar son aquellas de carácter mas socialista y mucho más a la izquierda. No previnieron que la mayoría de los americanos tradicionalmente han sido más de centro y derecha, política y filosóficamente.
Qué bueno sería que en nuestra tierra nosotros aprendamos de estas experiencias, cuando se ignoran los principios y el clamor de las mayorías y cuando se quebrantan promesas que se hacen durante las campañas.

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