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El reto frente a la inseguridad alimentaria

EL PILÓN continúa con la publicación de los informes realizados por el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, que esta vez hace un análisis de la situación del departamento del Cesar, y su capital Valledupar, frente al tema de la seguridad alimentaria.

El informe revela que el departamento del Cesar y su capital presentan una de las cifras más altas de inseguridad alimentaria en el país y explica que eso se debe a factores como el desempleo, pobreza y altos precios de los alimentos.

El Cesore se basa en las cifras del DANE, las cuales señalan que, en agosto de 2022, el 41,8% de los hogares vallenatos (cerca de 210.000 personas) consumió menos de 3 comidas al día. “De ellas, unas 16.000 consumieron una sola comida diaria, ello puede incluir ancianos, niños y mujeres embarazadas o gestantes”.

Como se puede ver, la situación en nuestro territorio no es la mejor, al punto que “la cifra registrada en Valledupar duplica la del promedio nacional (24,2%)”, siendo la quinta ciudad del país con mayor número de familias mal alimentadas.

Pero lo más grave, según Cesore, es que el problema cada día es mayor, no muestra señales de disminución, lo cual debería obligar a los gobiernos de turno, tanto local como departamental a replantear muchos aspectos relacionados con el desempleo, pobreza y las cadenas de producción y comercialización de los alimentos, cuyos precios resultan muy altos en contraste con la poca capacidad de ingresos de nuestra gente.

Los gobiernos locales están llamados a involucrar al Gobierno nacional y hacerlo parte de la solución de este enorme problema que ya comienza a prender todas las alarmas.

El informe también analiza los orígenes de las causas del problema y sus preocupantes consecuencias, información que amerita la atención de las autoridades y con base en ello tener en cuenta las recomendaciones que se desprenden de este estudio y que bien vale la pena ejecutarlas cuantos antes.

Es claro, de acuerdo con el estudio de Cesore, el problema se agudiza en los hogares más pobres y vulnerables, pero a futuro amenaza con extenderse a mayor número de sectores poblacionales.

Por ello la principal recomendación del Cesare es adelantar una “gestión intersectorial de las autoridades locales y regionales con el Gobierno central y agentes privados”.

Entre las acciones concretas se considera pertinente “el mejoramiento de la infraestructura vial, la creación de centros de acopio para recoger la producción, la capacitación a los campesinos para la comercialización de sus cosechas, las campañas para promover la lactancia y el consumo de frutas y verduras, entre otros. Estas pueden ser efectivas y ayudar a atenuar el déficit en la disponibilidad de alimentos y corregir la ingesta de los mismos”.

En síntesis, se requiere “reducir el desempleo, la pobreza y acelerar el crecimiento económico para que las personas puedan tener la capacidad de compra de su comida”.

El informe concluye que es necesario “la protección del trabajo, para la generación de incentivos a la creación de empleo formal, para la continuación de transferencias económicas condicionadas a la población más vulnerable y para la promoción de un clima empresarial amigable”.

Categories: Editorial
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