En el ocaso de la administración de Luis Fabián Fernández se anunció un empréstito de 36 mil millones de pesos como la solución para el suministro de agua potable en el municipio, propuesta que no estuvo exenta de polémica y discusiones sobre la conveniencia para la salud financiera de Valledupar contraer esa onerosa obligación; sin embargo nadie sospechaba que el cerebro de todo ese sofisticado crédito era el afamado ministro Alberto Carrasquilla, con ese invento endeudó a 117 municipios y de estos solo 30 tienen resultados para mostrar, pero entre estos últimos no se encuentra Valledupar.
Aunque la operación de los llamados bonos Carrasquilla está basada en un intrincado calculo financiero que hasta resulta difícil comprender, tiene dos puntos que devastaron la economía de más el 50% de los municipios que se acogieron a ese programa; el primero es que una vez asumida la deuda no se podía pagar anticipadamente, es como si usted comprara una casa y el banco que le presta el dinero para adquirirla no le permitirá hacer pagos al capital antes de vencerse la fecha para saldar la cuenta, lo que ocasionó que los intereses se incrementaran sin control y que los municipios no tuvieran la capacidad de pagar el valor inicialmente prestado ni los interés. El otro punto no menos importante que el anterior consiste en la precariedad de los requisitos que se exigían para aprobar el crédito, considerando que no era necesario presentar proyectos ni diseños ni nada en concreto, provocando que muchos de los proyectos que se financiaron con esos recursos no finalizaran, esto ocurrió con el acueducto del corregimiento de Camperucho y en otros casos se ejecutaron obras que no tuvieron impacto como un colector de aguas lluvias en Valledupar por valor de 12 mil millones de pesos.
Muchos parlamentarios defendieron al ministro en dos frentes, la primera recordando su trayectoria, lo que nada tiene que ver con el asunto que se le cuestiona, involucrados en millonarios escándalos tienen esplendorosas hojas de vida recordemos Invercolsa, los Nule, Reficar, Dragacol; así que la hoja de vida no garantiza la pulcritud de la personas, el otro argumento de defensa de los congresistas pro-Carrasquilla se basó en señalar la responsabilidad de los alcaldes y los concejales, en Valledupar dijeron que fueron asaltados en su buena fe, pero lo cierto es que no hicieron el estudio financiero para advertir los perjuicios que semejante crédito traería al municipio y es hora que se revele la verdad de los bonos Carrasquilla en esta ciudad.
Por Carlos Andrés Añez