Este jueves, en horas de la mañana, se oficializó la conformación de la veeduría que acompañará la concesión ‘Autopista del río grande’, la cual busca terminar las obras de la concesión Ruta del Sol 2, que cruza 11 municipios del departamento del Cesar.
El pasado primero de diciembre se firmó el acta de inicio, que contempla 12 meses de etapa preoperativa en la que el nuevo concesionario realizará estudios de diseño y reparcheo en la vía conocida como el tramo dos de la ‘Ruta del Sol’.
Luego del año, en diciembre de 2023 iniciará la fase de construcción para terminar los tramos que Odebrecht no entregó por los escándalos de corrupción que protagonizó en toda latinoamérica, y que llevaron a que se declarara en quiebra.
MUNICIPIOS DEL CESAR
En total son 268,4 kilómetros desde Barrancabermeja, Santander, hasta el municipio de Curumaní, Cesar. 206,6 de esos kilómetros cruzan San Alberto, San Martín, Río de Oro, Gamarra, La Gloria, Tamalameque, Pelaya, Pailitas, Chimichagua, hasta llegar exactamente al corregimiento San Roque, de Curumaní.
Para esto, el Gobierno nacional destinó $3,64 billones, que incluyen actividades como la construcción de calzada, mejoramiento, rehabilitación, operación y mantenimiento de la totalidad de la vía entregada en concesión.
El concesionario ‘Autopista del Río Grande’ está integrado por la empresa colombiana KMA Construcciones, con el 50%, y Grupo Ortiz, de España, con el otro 50%.
Durante ese tramo, por un tiempo de 29 años, la concesión administrará 3 peajes, ubicados en el municipio de Pailitas, en el corregimiento Morrison, y en el corregimiento La Gómez, Santander.
DESAFÍOS
Durante la instalación de la veeduría en la Cámara de Comercio de Valledupar estuvieron presentes los alcaldes de Pelaya, Alexander Quintero; de Curumaní, Henry Chacón. Igualmente participó Corpocesar y miembros de la Agencia Nacional de Infraestructura.
En ese sentido, el arquitecto Alberto Gutiérrez, uno de los promotores de la veeduría, señaló que hay desconfianza hacia la concesionaria porque “las comunidades están inquietas debido a la experiencia con Odebrecht”.
“De qué manera la Concesionaria garantizará que hay recursos disponibles para pagar a empleados y proveedores; la información sobre fuentes hídricas contenidas en las licencias de la concesión pasada deben ser revisadas una por una”, fueron las preocupaciones expuestas por el arquitecto.
Por Deivis Caro