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El proyecto de la represa Los Besotes

Algo sobre

Por: José Romero Churio

Si mal no recuerdo, es la segunda vez que toco el tema del proyecto de la represa Los Besotes. La primera fue cuando escribí algo sobre el  deterioro del río Guatapurí  y apenas lo mencioné de manera muy tangencial, advirtiendo que es una ilusión local difícil de materializar, al menos a corto y mediano plazo, debido a que el gobierno nacional, por su alto costo y la difícil situación  económica que atraviesa el país, no está en condiciones para aportar lo que le corresponde en su financiación.
En el escrito sobre el deplorable estado de nuestro querido río, publicado hace varios meses en esta columna, entre otras circunstancias causantes de su continua deterioración, manifesté lo siguiente: … «En la ciudad de Valledupar, da tristeza ver en el río Guatapurí (atractivo turístico y sitio de recreación popular)  todo tipo de desechos, tanto  en su cauce como en su contorno, y que decir de la vía al sector Hurtado por la Avenida Circunvalar, donde botan animales muertos, que si no sirvieran de alimento a los gallinazos y otros animales carroñosos, la pestilencia sería permanente, ya que ni los recolectores de basuras de Interaseo recogen tales inmundicias.
Ante tanta indiferencia y falta de sentido de pertenencia por un patrimonio hídrico tan importante, las autoridades y dirigentes locales y regionales deben tomar las medidas que lleven a la salvación del río, al que todavía le corre un caudal de agua agradable.
Especialmente, el Gobernador Cristian Moreno Panezo, quien representa  un partido ambientalista,  y que entre las cinco líneas de acción prioritarias de su gobierno, incluye el desarrollo de una verdadera cultura de protección al medio ambiente.
Sin embargo, el cuidado del río es cuestión de todos los vallenatos, sobre todo de los propietarios de predios aledaños que, lamentablemente, en vez de protegerlo, más bien desforestan sus riberas y además le sacan acequias para riego de sus cultivos. También deben cuidarlo sus visitantes que tanto lo disfrutan sin costo alguno»…
El médico Jaime Gnecco Hernández, en su columna Periscopio del domingo pasado, expone un interesante planteamiento sobre la construcción del embalse Los Besotes. Aunque no comparto del todo su idea de que sería inútil, es obvio que si no recuperamos y preservamos la cuenca del río, sin duda alguna su embalse sería una ilusión temporal, porque a pesar de que nos ufanamos por doquier de su agua fría y cristalina, no lo apreciamos lo suficiente ya que lo maltratamos sin ninguna consideración, principalmente quienes más se benefician de su caudal, que de seguir con este comportamiento, sin vigilancia ni control de parte de las autoridades correspondientes, léase Corpocesar, el río se secará más temprano que tarde y,  tal vez, el  gigantesco Santo Eccehomo* sea observador mudo del desastre ecológico.

*Se supone que será colocado encima de uno de los cerros cercanos al río, pero la construcción de su pedestal fue paralizada, aunque no conozco con certeza el motivo, lo cierto es que ahora lo tienen guardado en una finca de propiedad privada, después de permanecer varios días tirado en el Parque Lineal Hurtado, donde vándalos lo estaban destruyendo.
Además, es bueno recordar que por esta voluminosa imagen, el ex alcalde Ciro Pupo Castro pagó una millonada a un prestigioso escultor, sin que se hubiera definido el sitio de su ubicación, en el momento en litigio, si no estoy mal informado, por el impacto ambiental adverso que generarían sus feligreses y los negocios alrededor de tan venerado santo.

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