A través de sus redes sociales el locutor y humorista Fabio Zuleta Díaz ha mostrado su proceso de recuperación tras ser operado de una fractura de pelvis y fémur el pasado mes de abril en la ciudad de Barranquilla al sufrir una caída en el baño de un hotel.
Recientemente en su cuenta de Instagram, Zuleta Díaz publicó un video en el que se ve dando sus primeros pasos sin la ayuda de un caminador. Optimista dijo que era un hombre de 70 años de edad que tenía volver a caminar para seguir trabajando.
“En días pasados les monté un video donde comencé a dar mis primeros pasos con el caminador, es un trabajo muy fuerte de mi terapeuta y ya comencé a dar mis pasos sin el caminador. Yo no nací con caminador, por qué voy a caminar con caminador si el maestro Jesucristo me lleva de la mano”, recalcó el locutor.
Añadió: “Esto es lo que dirían ustedes: ‘hacer las cosas con amor’. Yo pudiera estar postrado, pero no; yo soy un hombre que necesita trabajar en mi radio, en mi humor, por lo tanto, tengo que estar en la calle. Yo lo que tengo son 70 años y por eso debo de caminar para trabajar, disfrutar mi vida y ahora cada día le doy las gracias a Jesucristo por darme esta fortaleza”.
Agradeció a sus familiares, amigos y seguidores que han estado pendiente de su recuperación y estado de salud y aseguró jocosamente que el próximo video que publique en su red social será trotando en el río Guatapurí.
“Gracias a mis hijos, mi familia, mis amigos por apoyarme y darme fortaleza en este mes y medio de mi accidente. El próximo video se los voy a mostrar en un mes corriendo o trotando de aquí al río Guatapurí o bailando. Jesucristo, gracias papá y así como estoy me siento competente para caminar. Gracias a mis seguidores por estas oraciones”, finalizó.
El humorista ha mostrado constantemente cómo avanza su proceso de rehabilitación física tras ser dado de alta de la clínica donde fue operado en la capital del Atlántico y haber superado por segunda vez el covid-19, que lo mantuvo en UCI preventiva en una clínica de Valledupar por varios días.
Por: Lucía Mendoza Cuello | EL PILÓN