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El profeta Mahoma (II)

Como quedó escrito en mi columna precedente el profeta murió en el año 632, y ni siquiera las disputas por su herencia política pudieron detener el impulso expansivo de su criatura religiosa, que acompañaría en adelante a las otras dos grandes religiones, la judía y la cristiana.

Treinta años después de su muerte muchas cosas se invirtieron, los anteriores dominadores de la península arábiga, los persas, se convirtieron al islam y la misma supremacía bizantina en el Mediterráneo fue sustituida por el comercio arábigo.

Hacia el oriente, el islam ocupó Persia, Afganistán y parte de la india. Persas, sirios, egipcios, berberiscos, godos, griegos, etc., se islamizaron. El discipulado del antiguo humilde camellero de la Meca se estaba constituyendo en protagonista de un nuevo mundo religioso.

Su libro guía el, Corán, es de una simplicidad atrayente. Profesión de fe, oración, ayuno, limosna, peregrinación a la Meca. Acciones políticas y observaciones morales.

En el año 661 el califato político del nuevo imperio se trasladó de Medina a Damasco, con el nombre Omeya. Después vinieron las conquistas en África, en la península ibérica y la Galia goda. Precisamente su ímpetu hacia Europa hubo de ser detenido por  Carlos Martel en la batalla de Pothier en el año 732.

Más adelante su propia fuerza expansiva provocó divisiones, estableciéndose califatos, como el de Abuasi en Bandad, Omeya en Córdoba, Famiti en El Cairo.

En el año 1453 el Imperio Bizantino cayó en poder del Turco Otomano, multiconfesional, y con ello el mundo medieval doblaba su hoja histórica y entrabamos en la edad moderna hasta el año 1789, el de la revolución Francesa y a partir de entonces a la edad contemporánea.

Por último, no olvidar que varios logros culturales del occidente medieval como la filosofía, la ciencia experimental, la literatura, influencias musicales, artísticas, la geometría, la astronomía, la medicina, la adopción desde la india del sistema decimal, constituyen razones para tener en alta estima el mundo islámico de aquellos tiempos. Citemos unos cuantos nombres de esa cultura: Avicena, Averroes, Euclides, Ptolomeo, Hipócrates.

Circunstancias más bien recientes nos han hecho pensar que el islam es una ideología fanática y violenta. Ciertamente han ocurrido cosas, pero históricamente no son exclusivas del Islam.

Además de la prosperidad económica que florecía,  su cultura miró hacia las fuentes griegas resucitando a Platón, Aristóteles, las ciencias naturales. Y  habiendo recibido  de la India el sistema decimal posicional lo introdujeron a España hacia el siglo X, cuya aritmética se fija, además, en el número de los ángulos que se pueden identificar en los nueve primeros dígitos para asignarles su valor.

El idioma castellano tiene mucha grafía y sonidos del lenguaje arábigo, y particularmente nuestra región costera heredó rasgos de sus danzas, y el carácter – andaluz- hace parte de nuestra idiosincrasia descomplicada. Desde los montes de Pueblo Bello.

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