Un periodo de 30 días es muy prematuro para hacer un balance del nuevo gobierno , de Gustavo Petro, no obstante, ya hay muchos temas y situaciones que bien merecen un análisis que vislumbre lo que le podría esperar al país en el mediano y largo plazo.
Siempre que inicia un nuevo gobierno es normal que el pueblo se haga muchas expectativas, pero con Petro se podría decir que desbordaron todos los cálculos. Desde el acto de posesión el ambiente y el protocolo rompieron todas las tradiciones.
Hoy, 30 días después, ese auge popular de Petro todavía se mantiene, pero de igual manera no dejan de existir ciertas incertidumbres sobre asuntos trascendentales como el alcance de la reforma tributaria, la actividad minera y de hidrocarburos, las modificaciones al régimen de salud y pensional, sector agropecuario, la reforma política, lo relacionado con la burocrácia y eliminación de algunas entidades, entre otros temas de hondo calado.
Según la visión de los principales analistas del país, la primera semana de gobierno de Petro dejó una buena percepción por el peso de varios de los ministros y otros funcionarios que designó en su equipo, con muy pocas excepciones, todos con excelentes perfiles. Eso despejó muchas dudas que se tejían sobre el modelo de gobierno que implementaría el nuevo presidente. A esto también se adiciona que el tinte de su discurso inicial, sus anuncios y filosofía de gobierno acabaron con muchas especulaciones.
Sin embargo, el brío de la primera semana pareció disminuir un poco durante los días siguientes, en especial en el nombramiento del resto de miembros de su equipo de gobierno, que sólo antier se completó, también, por ciertas improvisaciones, y desconocimientos técnicos de las carteras a asumir que, además, dejaron ver los ‘reversazos’ sobre temas fundamentales; la buena impresión de la primera vista decayó un tanto al momento de entrar en materia. Petro sabe que el nivel de masacres, asesinatos y violencia no ha variado sustancialmente, en medio de su propuesta más audaz, la anhelada paz total. Y la economía muestra nubarrones.
De todas maneras, el efecto teflón que caracteriza a todo recién elegido mandatario, en el caso de Petro se mantiene intacto si se tiene en cuenta que la última encuesta de Invamer muestra un nivel de aprobación del 56%, y la del Centro Nacional de Consultoría una favorabilidad del 69%; la pregunta es ¿hasta cuándo le durará?. O ¿entraremos en una prolongada aceptación del mandato presidencial, como sucedió en el gobierno opuesto de Alvaro Uribe?
En el caso específico del Cesar queremos saber si se le dará continuidad a las importantes obras previstas en el Pacto Territorial, si se van a apoyar los proyectos estratégicos de nuestros ríos, Guatapurí y Cesar, como la protección de cuencas, embalse, Ptar y Ecoparque de 8 kmts, si hace realidad la doble calzada vial a La Guajira y al centro del Cesar y si se aumenta sustancialmente la cobertura de educación superior.