La propia dinámica del mercado internacional posicionó el gas como el material dominante dentro de la transición energética. El resultado es un aumento global de 4,6 % en su demanda, con Estados Unidos como protagonista en la producción y China en el consumo.
En Colombia todo el gas que se produce se consume en el país, contrario al petróleo, que de los 890.000 barriles diarios de hidrocarburos que se producen 400.000 son destinados a las refinerías, la diferencia se exporta.
La noticia destacada del sector en 2018 fue el aumento de las reservas de petróleo hasta 6,2 años de autosuficiencia, con casi 2.000 millones de barriles. En la otra orilla, las reservas de gas mostraron saldo rojo con una reducción de 2,9 % en las reservas: se pasó de 11,7 años a 9,8 en 2018.
“Las proyecciones muestran que si no encontramos nuevas fuentes en 2021-2023 podríamos necesitar gas importado para suplir la demanda de gas domiciliario en algunas zonas del país, a un precio de más del doble del costo interno”, señaló la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.
“Si no tendríamos el gas en el país, posiblemente tendríamos que importarlo, y no lo produzcamos y vendamos a 3 o 4 dólares por millón de BTU, sino a 10 o 14 dólares por millón de BTU. ¿Quién acabaría pagando ese precio? Nosotros”, señaló el presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón, durante el foro ‘Desarrollo energético del Cesar’ desarrollado ayer en Valledupar.
LA POTENCIA DEL CESAR
Sin duda, una de las brechas sociales por solucionar en Colombia es la cobertura de gas natural. Según el Dane, en Colombia solo el 66.8 % de los hogares cuentan con este servicio. El otro porcentaje, 1.200.000 familias, cocina en leña o con pimpetas.
“No puede ser que todos los que producimos gas, energía, hidrocarburos, busquemos hacer un trabajo social y las comunidades de al lado no tenga acceso a la energía eléctrica. Si hay algo que indigna a las comunidades es cuando hay un tubo de gas al lado y ellos no tienen cobertura”, manifestó la ministra de Minas.
Con las reservas en decadencia y casi la mitad de la población colombiana sin el servicio, con los potenciales hallazgos en el departamento, el Cesar está en la puerta de convertirse en uno de los protagonistas enérgicos del país, junto a La Guajira.
Lee también: El boom energético del Cesar: regalías e impactos ambientales
En la cuenca Cesar-Ranchería exploraciones determinaron la presencia de 10 trillones de pies cúbicos, TCF, de gas, más del doble que toda la reserva nacional (4 TCF). “Si tengo cuatro y puedo sumar diez, multipliqué por 2.5 las reservas de gas del país. En vez de diez años de reservas de gas puedo estar hablando de 35 años de reservas de gas. Es un poco para hablar el impacto que puede tener una región como el Cesar en este caso en el suministro de gas”, aseguró el presidente de Ecopetrol.
Desde el punto regional, el Caribe es uno de los mayores suministradores de gas del país desde hace más de 40 años, sin embargo, el protagonismo se centra en el La Guajira con el campo Ballena, los más grandes pozos de gas de la región.
En ese sentido, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, criticó las fallas en la circulación de la información a las regiones donde nace la riqueza. “Lo que si quisiéramos es traer un mensaje de la importancia que tiene, con anticipación, el poder entender la dimensión de los nuevos yacimientos para entender cómo vamos a planificar nuestro territorio. La falta de esa información es la que nos ha llevado a construir planes de desarrollo que no contemplan la variables energética como una variable importante”, aseguró el mandatario durante el foro.
FRACTURADOS POR LA NATURALEZA
La mayor potencia de gas del Cesar se concentra en pozos que necesitan de la aplicación del fracking. La debilidad institucional y la falta de información, tienen las licencias pausadas mientras el Consejo de Estado toma una decisión de fondo para regular esta actividad en Colombia. Sin embargo, en el Cesar existen unos yacimientos conocidos como “naturalmente fracturados”, es decir, la naturaleza fracturó los yacimientos.
TRANSICIÓN Y AMENAZAS
En el cambio paulatino proyectado, las energías renovables a 2022 aportarán el 8 % de energía a la red nacional. Colombia tiene la sexta matriz de generación de energía más limpia del mundo, con la concentración del 70 % hidráulico, 14 % a gas y 9 % a carbón. A pesar que el país es uno de los principales exportadores de Carbón, la matriz eléctrica no ha sido inclinada al ‘oro negro’ como sucede en Chile.
Sin embargo, esa dependencia de la energía hidráulica tiene al país en la lista de los 20 países más vulnerables al cambio climático: en cada fenómeno de El niño, revive el apagón. No obstante, en el proceso del cambio climático el carbón no es una opción, contrario, se pretende reducir su participación.
Por eso, es el factor energético más amenazado. “El Cesar tiene 16.000 empleos del carbón y al futuro esos empleos se verán amenazados. ¿Cómo vamos a reconvertir esa capacidad energética en otras plantas energéticas?En el Cesar hay una oportunidad importante en la radiación solar, como resultado de eso, dos proyectos que quedaron adjudicados en la subasta de Cargos por confiabilidad son en el departamento, que junto a La Guajira aportarán 1. 398 megavatios de energías renovables no convencionales”, señaló la ministra de Minas.
La novedad es que está planeado que una vez los proyectos de energía eléctrica renovable empiecen a generar ingresos, se le transferirán a los municipios donde se desarrollan los proyectos un tipo de ‘regalías’ con el fin de estimular la creación de proyectos renovables.
Tanto en energía solar como en el gas, el Cesar tiene la oportunidad de potencializar su participación en el PIB nacional con la producción de energía para la red nacional.
Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com