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El poder de tomar una decisión

Durante años había acumulado páginas y páginas de ideas y reflexiones, pero nunca me atreví a compartirlas. Como abogada, temía el juicio y la crítica por la presión constante de que mis escritos debían ser estrictamente en el área legal. En realidad, el derecho está intrínsecamente conectado con la sociedad y nuestra convivencia. Esto me llevó a decidir compartir mis experiencias y aprendizajes.

Esa decisión, aunque parezca pequeña, marcó el inicio de una transición significativa en mi vida. Me di cuenta de que, si bien en mi corazón ardía el anhelo de contribuir a la transformación social, debía actuar para materializar ese deseo.

Y ¡sí! Al compartir mis escritos, me enfrenté a una nueva realidad. Recibí comentarios no solo de amigos y familiares, sino también de desconocidos que encontraron valor en mis palabras. Hoy, después de todo, estoy aquí compartiendo mis pensamientos con la intención de marcar una pequeña diferencia en medio de tanta polarización.

Comprendí que el verdadero valor de mi ejercicio con la escritura radica en inspirar a las personas no para que me imiten, sino para que tomen sus propias decisiones y utilicen sus talentos y roles en beneficio de los demás.

Sé que todos enfrentamos dilemas éticos y morales, y a menudo nuestras decisiones están influenciadas por imposiciones sociales y culturales. Desde pequeños nos enseñan a seguir un camino predefinido como estudiar una carrera convencional, encontrar un trabajo estable, y así sucesivamente. Sin embargo, la vida es mucho más que seguir un patrón. Es luchar día a día por nuestros sueños.

En mi tiempo libre, escucho historias de vida de personas de la tercera edad que, en su mayoría, expresan arrepentimiento por las decisiones que no tomaron por el miedo a arriesgarse. Esto me ha enseñado que el mundo está hecho para quienes se atreven, sin importar los errores o aciertos que puedan surgir.

Estos tres meses escribiendo cada semana para el periódico son para mí un claro ejemplo de que tomar decisiones puede descubrir talentos ocultos y conectar con aspectos de nosotros mismos que antes permanecían en silencio. Que el éxito no siempre se mide en términos de resultados inmediatos, sino en el proceso de enfrentarnos a nuestros miedos y seguir adelante a pesar de las dudas.

En este sentido, tomar un riesgo, salir de nuestra zona de confort o simplemente actuar en lugar de posponer, es el primer paso hacia algo mucho más grande.  Es  tener la capacidad para influir en el futuro mediante nuestras elecciones presentes.

Cada decisión, grande o pequeña, tiene el poder de transformar nuestra vida. Aunque resulte imposible prever los resultados, si podemos elegir la manera de enfrentarlos. Así que, si hoy estás ante una decisión difícil de tomar, ten presente que el acto de decidir en sí mismo es un acto de poder. Los grandes cambios inician con un paso hacia adelante, a lo desconocido, a veces sin rumbo y con miedo, otras veces con determinación, pero convencidos que somos capaces de transformar nuestras vidas, con base en nuestras convicciones.

Por: Sara Montero Muleth

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