“Modificamos los resultados siempre que modifiquemos las causas que los producen”.
Todos los días observamos hechos que dejan mucho que desear sobre el desarrollo y bienestar de la humanidad ya que parece que las guerras y los actos de guerra propuestas cada día, son las únicas actividades que llenarían los espacios como soluciones totales a los conflictos normales por la cantidad de intereses particulares de unos y otros, no en la búsqueda de la tranquilidad y bienestar social, sino en el acomodamiento económico de los grandes capitales, que mueven los mundos financieros, bajo una potestad absoluta maltratando a los débiles.
Si fijamos nuestra atención en algunos países, el abuso ideológico lo disfrazan con las amenazas de guerra, para someter a su pueblo bajo la distracción del odio y lograr una serie de posiciones estratégicas que permitan afianzarse en sus terrenos de lucro, para unos pocos, que dominan y han dominado los sistemas de la oligo economía.
Desde el punto de vista político existen cuatro grandes divisiones conformadas por la izquierda y derecha obsesiva y la izquierda y derecha moderada o de centro. Las dos primeras con el manejo de sus pasiones incontrolables por el dinero están torciendo y sacrificando en forma permanente la vida social y sumergiéndola en un mar de lastimas, pues son los patrocinadores no de la pobreza, sino de la miseria y las dos segundas que buscan alternadamente soluciones viables para el rescate de una vida digna, como base para un mundo de menos sufrimientos.
Es la lucha del bien contra el mal en donde el campo de batalla lo aporta la población civil, amparada como siempre en los que nada tienen que ver con los hechos de las ideas de control del poder para una u otra posición. Normalmente un demente jamás usará la razón y quien no se guía por los principios de la razón no puede manifestar posiciones de equilibrio social, ni mucho menos económico y para mantenerse en este estado su única solución es secuestrar la inteligencia, posiciones, necesidades y angustias del hombre bajo la intimidación política social y económica
Entonces observamos cada día que, cuando un país de poder demencial enfrenta a otro, es que anda en busca de posiciones estratégicas obsesivas hacia la riqueza y no de construcción social para la humanidad y en esta forma, algunos, su demencia, alcanzan a encubrirla con sus creencias religiosas, u otras ideas, pero el manto común es el oro, petróleo, uranio, etc., …. y las posiciones básicas para el tráfico de sus intereses dentro de las rutas de la industria y el comercio y de las drogas cautivas, para lograr adueñarse de un mundo que nunca les ha pertenecido.
Es el sacrificio del hombre por el hombre, es el poder de los dementes, de los autócratas, que se asocian siempre con sus colegas, o de ideologías aparentemente comunes, pero que a la larga solo los que utilizan constituyéndolos en trampas ambiciosas para el poder único, pues el totalitarismo prospera por el constante cambio en sus intereses.
La política en los países extremistas, seudo comunistas y totalitarios, solo puede ser evaluada por las inversiones en armamentos de guerra, y no por los resultados en las inversiones en bienestar social que permita cambios positivos en la batalla contra la pobreza. Esto último nunca ha de suceder, pues el triunfo está en mantener la miseria para el pueblo.
Por Fausto Cotes N