Durante 28 años EL PILÓN se ha mantenido como medio líder de la región y mayor referente periodístico de Valledupar ante Colombia y el mundo.
Por sus páginas, durante casi tres décadas, ha quedado reflejado el acontecer diario del país vallenato, cesarense y guajiro.
Por las portadas históricas de EL PILÓN han pasado hechos trágicos como la muerte de Consuelo Araújonoguera y el vil asesinato del periodista de esta casa editorial Guzmán Quintero Torres. Pero también, se han impreso momentos de gloria del deporte como la medalla de bronce del taekwondoga Óscar Muñoz o el título mundial de la patinadora Andrea Cañón Batista.
El cubrimiento de acontecimientos como las muertes de artistas vallenatos como Diomedes Díaz y Martín Elías, han marcado también a este medio de comunicación.
ASÍ NACIÓ EL PILÓN
Hace más de 28 años, el abogado Dickson Quiroz Torres y el periodista Iván Alejandro Duarte iniciaron una quijotada que nació de las tertulias cotidianas en las cuales era tema de conversación principal la necesidad de que Valledupar y la región tuvieran un medio de comunicación que pudiera recoger o registrar todos los hechos noticiosos que fomentaran las fortalezas que tenía el territorio.
Aunque reconocían -y reconocen aún- el esfuerzo enorme que venía haciendo en ese entonces el Diario Vallenato, en cabeza de Lolita Acosta, y muy a pesar que muchos de los proyectos que se habían emprendido años atrás habían fracasado, se dieron a la tarea de montar un periódico.
Aquella quijotada, a la que le sobraban ganas e ideas, pero le escaseaban recursos, hoy cumple 28 años como el medio de comunicación insignia de la región que informa y representa al Cesar y La Guajira.
Con las uñas, literalmente, con un esfuerzo muy grande y el apoyo de algunas personas que creyeron en el proyecto EL PILÓN, Duarte Torrejano y Quiroz Torres emprendieron el reto de sacar el periódico adelante.
El icónico nombre nació luego de ventilar otras posibilidades, pero fue escogido EL PILÓN por tratarse de un nombre corto, contundente, de gran impacto y raizal, que tenía mucho que ver con la cultura propia de la vallenatía y en alusión a la actividad de las señoras que pilaban en la madrugada por el barrio Cañaguate y el callejón de La Purrututú.
En julio de 1994, salió la primera edición semanal de EL PILÓN; en septiembre se convirtió en interdiario y al cabo de 5 meses ya circulaba de lunes a domingo, siendo bautizado el 6 de enero de 1995, en el marco del aniversario de Valledupar.
EL PILÓN no ha sido ajeno a la crisis de los grandes diarios de referencia del mundo que perdieron difusión e ingresos por publicidad, ni a los presagios pesimistas de los profetas del mundo digital que dan como seguro el fin de la prensa.
“EL PERIÓDICO MANTIENE LA CALIDAD PERIODÍSTICA”: QUINTERO
Juan Carlos Quintero Castro, actual director de EL PILÓN, quien ingresó al periódico hace unos 20 años, explicó que hubo un periodo de recuperación económica fuerte del año 2006 en adelante hasta principios de la década, aunque con errores administrativos y estratégicos, pero irrumpió el internet junto a Google, Facebook y, en general, las redes.
“A pesar del debilitamiento de nuestra nómina de redacción y su circulación impresa que mató la pandemia del coronavirus, así como la publicidad, el periódico mantiene su calidad periodística, su sintonía con la gente, la atención, información y opinión sobre los grandes temas regionales, que le duelen a la gente. Y vean ustedes cómo se ha logrado un liderazgo en la web y redes sociales”, precisó Castro Quintero.
Los últimos 16 años, el gran esfuerzo de un equipo comprometido en el tema digital, con todo lo que significa abordar nuevas audiencias y públicos y la enorme exigencia no solo en la estructura tecnológica sino en el perfilamiento de la información, ha permitido a EL PILÓN ponerse a prueba no solamente con los retos del ‘fantasma’ que desaparezcan los periódicos impresos, sino que ha sido un gran reto empresarial para reinventarse.
Además, la pandemia obligó a los medios a ser más creativos y reinventarse para intentar sobreponerse a tantas dificultades propias de lo económico, pero también de los mismos retos.
POR REDACCIÓN / EL PILÓN