“Yo también tuve 20 años”, dice la canción. Y EL PILÓN cumple sus 20. Dos décadas de información y cubrimiento periodístico a los acontecimientos de la región. Nos felicitamos por lo que viene, por el futuro. Porque en la etapa de los veinte hicieron las mejores creaciones Rafael Escalona, Gustavo Gutiérrez, Fredy Molina o, en otra latitud, Neruda, escribió los ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’.
Estamos muy jóvenes aun, aunque hemos aprendido tanto.
Nos encontramos con el cambio súbito de la forma de comunicar, de decir y de interpretar las cosas, absortos en la proliferación de la red social digital, las nuevas tecnologías y la participación mayor del individuo en el reporte inmediato de la noticia, su registro fotográfico y su divulgación. La prensa entonces, en medio de tanta información, clasifica, ordena, interpreta, pone en evidencia, y no deja de enfocar con un lenguaje particular.
Aunque el instrumento, o el medio cambien, siempre estará ahí el buen periodismo y esa es la apuesta de EL PILÓN. Tiene ya una larga historia, dada la intensidad, de violencia, dolor, y al tiempo alegría insuperable, que nos ha tocado vivir y registrar en estos 20 años.
Recurrimos a una fuente inagotable: los buenos cantos vallenatos han sido en su esencia historias bien contadas. Esas deslumbraron a un reportero, basado en la realidad, y novelista, basado en la ficción, para escribir una novela universal como ‘Cien Años de Soledad’, que en el límite entre ambas fundó el ‘realismo mágico’, quien dijo en todos los escenarios que era “un vallenato de 350 páginas”.
Lamentamos que en estos años los compositores vallenatos se hayan olvidado de contar una historia y que el canto de protesta haya desaparecido.
Esa gracia, historia y denuncia de canciones como la ‘Custodia de Badillo’, EL PILÓN pretende recordarla, ya sea en el trazo de una caricatura, en la crónica o en el enfoque crítico y constructivo para que la región progrese en su cultura, su economía, su bienestar urbano y rural.
Por eso decidimos regresar a las fuentes, a nuestra trinchera, nuestra localía: se decidió adoptar un medio local, de noticias locales, cerca al pueblo o barrio, con un tema propio, con tratamiento de contexto e investigación, resaltación gráfica y moderna presentación. Es también la estrategia adecuada para que en medio de tanta confusión el ciudadano aterrice en la comprensión del hecho cotidiano de su entorno más próximo. Fue una apuesta arriesgada, un modelo único a nivel nacional, pero hace dos años lectores y anunciantes hallan en él un cambio positivo. Nos leen más en el impreso y en el digital, nos anuncian más los locales y menos los de afuera, más los entes privados que los oficiales, y ello contribuye a mantener la independencia del diario, su objetividad, su afán por contrastar la noticia y las opiniones y su crítica contributiva al buen gobierno de la ciudad y el departamento.
Agradecemos a nuestros empleados y operarios, periodistas, Junta Directiva, gerente y equipo de trabajo, al Consejo Editorial, a instituciones vinculadas, a los proveedores; preferencialmente a los anunciantes, los lectores y accionistas. A esa región de Cesar y La Guajira que tienen su epicentro en nuestra natal Valledupar.