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El perfil de los delincuentes en Valledupar

En Valledupar, la influencia de los menores de edad en los hechos delictivos es alta, dicen autoridades.

Aunque describir las características específicas de un delincuente resultaría difícil para las autoridades, que reconocen que existen muchos en potencia en esta ciudad, la Policía aclaró que cualquier persona: bien vestida o no, en vehículo o a pie, puede ser ladrón activo.

Sin embargo y de acuerdo con algunas denuncias establecidas por las personas en Centros de Atención al Ciudadano, como en la Unidad de Reacción Inmediata y a algunos agentes de la Policía, la mayoría de hurtos que se han registrado en Valledupar se relacionan con personas que se movilizan en motocicletas, usan cascos, gafas, chaquetas y permanecen acompañadas de sus ‘compinches’.

Las denuncian apuntan en que los ladrones, en su mayoría, no superan los 18 años.

“Hay muchos menores de edad delinquiendo, con edades entre 16 y 17 años. Hay bastantes delincuentes que andan con muchachas como parrilleras, con las noviecitas, para llamar menos la atención de la Policía porque las parejas son poco perseguidas”, dijo un agente de la Sijín del Departamento de Policía Cesar.

Las autoridades también informaron que es poco probable encontrar a personas de 25 años y más, atracando en motocicletas, pero sí es notable ver a mujeres, aunque según el subcomandante de la Policía Cesar, coronel Edgar Rodríguez, es bajo en comparación con la participación de jóvenes menores de edad en la comisión de los delitos.
“La descripción física que dan los testigos presenciales en las diferentes comisiones de los delitos apuntan que se tratan de menores armados, que materializan atracos e inclusive, delitos como homicidios”, aseguró el coronel Rodríguez.

Con respecto a las mujeres, agentes de la Policía aclararon que las féminas comprometidas en estos delitos tampoco alcanzan la mayoría de edad y son utilizadas por los delincuentes para evadir los controles de las autoridades.

“En varias ocasiones ellas se prestan para tomar una carrera en un mototaxi, lo llevan hasta un paraje solitario y en compañía de dos cómplices que esperan en la oscuridad, toman a la persona de forma desprevenida, le hurtan la motocicleta y se dan a la huida. Hay varios casos que han sucedido así”, dijo un oficial.

Al parecer las bandas delincuenciales para los ciudadanos ya están identificadas, sólo que las autoridades deben actuar de manera oportuna.

Algunos ciudadanos afirman que las autoridades saben quiénes son los que se apoderan de las cosas personales de los ciudadanos en la capital del Cesar y no actúan eficazmente.
“Ellos saben. Son los viciosos esos que habitan en la margen derecha, en La Nevada, en Tierra Prometida, en esos sectores peligrosos, en Nando Marín, en todas las invasiones”, dijo Carlos Castillo, habitantes del barrio El Paraíso.

Delincuentes, protegidos por la ley
“La justicia cuando creó el Código de Infancia y Adolescencia fue muy blando en los medidas que se aplican contra ellos y lastimosamente ellos lo saben, porque varias veces se ha presentado el caso que atrapamos a un menor de edad y lo que exigen rápido que los lleven al fiscal para que puedan estar libre”, dijo el agente del Grupo Patrimonio Económico de la Sijín.

Debido a la flexibilidad de la norma con los mejores de edad en cuanto a ejecución de penas, Valledupar está siendo parte de las poblaciones de Colombia atacadas por delincuentes menores de edad.

Relatos:
El PILÓN da a conocer algunas de las historias de las personas que han sido o estuvieron a punto de ser víctimas de atraco en Valledupar.
– “El día que me iban robar mi equipo fotográfico”, así tituló el reportero gráfico Hernando Vergara un artículo publicado en las redes sociales en donde contó:
“Eran las 6:15 de la mañana del 7 de noviembre de 2014. Después de llevar a mi hijo a su colegio llegué a la glorieta de Los Poporos para comenzar a tomar una serie de fotografías  a los monumentos y sitios coloniales de la ciudad,  duré como 15 minutos en el lugar, después me dirigí a mi vehículo, guarde mi equipo fotográfico en el morral y lo coloqué en el puesto del pasajero.
Encendí mi vehículo para ir hacia  el Pedazo de Acordeón, cuando hice un pare para cruzar y seguir mi camino, me sorprendió una moto de alto cilindraje que se colocó pegado a la frentera del carro- el conductor: hombre delgado, con casco negro, gafas oscuras- cuando miré a la derecha  por  la ventana del pasajero vi cómo una  mujer se bajaba de otra moto con la mano derecha metida en el  bolso, y la otra mano la dirigida  hacia la manija del carro.
En ese instante la iluminación de Dios entró a dominar mi actuar. Yo tenía claro lo que iba a suceder, cuando con una velocidad impresionante apagué el carro, saqué las llaves del ‘suicher’,  abrí la puerta, la tiré dejando cerrado automáticamente y salí corriendo gritando, pero con gesto de saludo y sonriente: ¡Compadre cómo está!… esto lo repetía hasta llegar a una camioneta que estaba estacionada a pocos metros detrás  del hombre de la moto que me bloqueó , cuando llegué,   metí la cabeza por la ventanilla del vehículo, y paré de gritar y en voz baja les dije a la personas que estaban en el interior del carro: me van a robar, me van a robar.
El conductor que resultó ser conocido mío y los que los acompañaba me preguntaron: ¿Quiénes? , Yo les dije, los tipos de las motos,  y miramos hacia donde ellos estaban y todavía tenían rodeado mi carro, y  me dijo, cálmate creo que ya se van….desde ese punto pudimos mirar  cómo se subía la mujer lentamente a la moto, y la señales que le hizo al hombre de la otra moto para que abandonaran el lugar,  y con una frialdad impresionante fueron lentamente abandonando el sitio hacia la avenida Los Cortijos,  y  desaparecieron”.

– Cenith María Ortiz, una mujer de aproximados 45 años fue víctima de hurto en el barrio San Joaquín hace algunas semanas, ella comentó:
“Yo venía caminando para ir en búsqueda de un taxi para llegar a mi casa luego del trabajo, cuando unos muchachitos pasaron por mi lado subieron y luego bajaron por la misma calle. Yo no me percaté de nada porque como iban con la cara destapada y como si fueran novios, creí que estaban paseando.
Sin embargo, no fue así, la joven que iba de parrillera fue la que me dijo entrégueme el celular- yo lo cargaba en el oído porque me llamaron- y no vaya a gritar vieja… No lo hice, se los entregué y se fueron como si nada”.

PERFIL
Hombres: Caras ocultas con cascos, gorras y gafas, en motocicletas. Visten con chalecos, a veces no ocultan sus caras. Tienen edades entre 16 y 17 años. Andan con otros jóvenes o novias como parrilleras.

Mujeres: Menores de edad, entre 15-17 años. Usan vestimenta que busque llamar la atención de los hombres, tales como minifaldas y shorts. Acostumbran a ir de parrillera con la cara destapada.

Población: la mayoría de los menores delincuentes habitan en las periferias, en los sitios de invasión. En estos sitios en donde se observan más atracos: hurtos a personas y vehículos. Estos últimos son vendidos en el mercado negro en 200 0 300 mil pesos, dependiendo del modelo de la moto y velocidad.

Los vehículos hurtados, en su mayoría motos, los llevan para el departamento de La Guajira y algunos corregimientos, donde poco es el control de las autoridades, donde son regrabados los sistemas de identificación, sacan documentos falsos y las venden a personas que ingenuamente las compran.

Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co

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