Por: Gustavo Cotes Medina
Corea del Norte, estado de Asia oriental, con una superficie de 120.540 kilómetros cuadrados y una población de 22,7 millones, mantiene en los últimos años una situación conflictiva permanente con la comunidad internacional por los avances no autorizados en su programa nuclear. El 12 de febrero de 2013, realizó una tercera prueba nuclear subterránea que disparó los sismógrafos y marcó un preocupante sacudón de 4,9 puntos que establece importantes diferencias con las dos primeras realizadas el 9 octubre de 2006 y el 5 de mayo de 2009.
¡En la primera prueba hizo explotar un kilotón y en el último experimento la explosión fue de siete kilotones, la mitad de la utilizada por Estados Unidos para arrasar a Hiroshima en 1945! Además, las dos pruebas anteriores se hicieron con plutonio reprocesado y, al parecer, la última fue con plutonio enriquecido, lo que convierte a Corea del Norte en una alarma prendida de advertencias serias a nivel global.
¡Está claro que la explosión de la prueba no se trata de castillos artificiales y juegos pirotécnicos para la celebración de sus fiestas patronales, es el desafío de un gobierno que se niega a aceptar los compromisos y las leyes internacionales, para jugar con sus propias reglas!
La magnitud de la tercera prueba se considera como una reacción enérgica a las sanciones anteriores que le impuso el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y a las condenas tradicionales de los Estados Unidos que está adelantando propuestas y consultas con Gran Bretaña, Rusia, Francia y Japón, para un desmonte gradual de las armas atómicas. Corea del Norte es la piedra en el zapato y el país disidente que cuenta con el abrazo paternal de China, su gran aliado.
Se necesita una suma de esfuerzos a nivel global para meter en cintura a Corea del Norte y para evitar que pueda provocar, en cascada, un grave conflicto internacional. Sin embargo, los expertos en armas nucleares muestran su desconfianza en lo relacionado con el tamaño y potencia de la carga, pero ven como un peligro muy serio la llamada “miniaturización” que es un salto tecnológico para introducir bombas atómicas en cohetes, lo que permite fabricar misiles nucleares de largo alcance.
Lo anterior estaría confirmando que Corea del Norte puede lanzar cohetes de largo alcance, algo que solo han conseguido Estados Unidos y Rusia. Mientras se escuchan las voces de rechazos en todo el mundo, la propaganda del régimen asegura que la prueba fue un éxito lo que significa un paso adelante en la carrera atómica, es decir, es una nueva amenaza para sus enemigos con el mensaje cierto que se está preparando para defenderse. El gobierno de la China evalúa los cambios atmosféricos en la zona fronteriza con Corea del Norte.
El Ministerio de Protección Medioambiental de ese país asegura que la radiación se ha mantenido en niveles normales y el medio ambiente no se ha visto afectado, y así lo estarían confirmando los ciento cincuenta dispositivos que están activados para evaluar los cambios atmosféricos. Esta prueba nuclear norcoreana despierta temor a una escalada armamentista y el gobierno de Seúl ya está desarrollando misiles de crucero para atacar cualquier objetivo en Corea del Norte, en caso necesario.
El presidente Obama indicó que Estados Unidos fortalecerá la defensa de misiles y liderará al mundo en la toma de medidas firmes en respuesta a las amenazas de Norcorea. Los refuerzos militares de Corea del Sur y Estados Unidos están orientados a evitar futuras provocaciones del régimen norcoreano, que aludió a la posibilidad de nuevas medidas de mayor intensidad, si Washington persiste en lo que considera políticas hostiles hacia el país comunista. ¡El juego con fuego, siempre ha sido una actividad peligrosa!
gustavocotesm@hotmail.com