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El Paseo Vallenato y sus derivaciones

Por: Jorge Naim Ruiz

He llegado al más prolífico, el más querido, el más sonado de todos los aires del folclor vallenato: El Paseo, del que se dice fue el último de los cuatro en aparecer en nuestro medio y sin duda es el de mayor vitalidad y al que nadie le augura una pronta desaparición.
Como lo dije en entrega anterior, en el Magdalena Grande de la primera mitad del siglo XX se le denominaba son a todo aquello que no fuera puya, ni merengue; por eso, como lo referencia Julio Oñate Martínez, por allá en el año 1944 cuando se grabó el paseo “Compae Chipuco” de “Chema” Gómez Daza, éste parece con el ritmo de son vallenato.
Algunos conocedores afirman que en aquellos tiempos para diferenciar un son de un paseo era requisito fundamental que el paseo tuviese coros o estribillos, lo cual reñía con el son.
El Paseo se caracterizó en sus inicios por adoptar la forma de estrofas de aquellas que llamamos comúnmente de “cuatro palabras” o dicho mejor, de cuatro versos y especialmente se afianzó el verso en forma de copla; es decir, donde riman los versos pares y los impares, ello condujo a que la piqueria o “contrapunteo” por la región del Cesar y la Guajira se hiciera casi siempre en este ritmo y en “verso de cuatro palabras” donde la primera rimara con la tercera y la segunda con la cuarta, ejemplo:
Yo tengo un recao grosero
Para Lorenzo Miguel
Que me trató de embustero
Y más embustero es él

Hoy en día, nuestra piqueria se hace también con décima y allí son muy fuertes los verseadores de Córdoba, Sucre y Bolívar, lo cual le costó trabajo aprender a los Guajiros y Cesarences de esta época.
El Paseo, en sus inicios, es sin duda el ritmo que por excelencia se encarga de la narrativa; es con él que se llevan las noticias cantadas de pueblo en pueblo, ese era el periódico donde se narraban los sucesos políticos, religiosos y sociales de la época, para la muestra un botón:
Me han dicho que el pueblo e´ Badillo Se ha puesto de mala
De mala porque su reliquia le quieren cambiar
Primero fue san Antonio, Luis Enrique Maya
Y ahora la cosa es distinta les voy a contar

Pero Escalona, Leandro Díaz, Armando Zabaleta y, especialmente, Tobías Enrique Pumarejo, enamorados empedernidos, también le imprimieron sentimentalismo y lírica al asunto, lo que fue canalizado posteriormente por Gustavo Gutiérrez Cabello, a quien se le conoce como el padre del Vallenato romántico; lo que en el Festival Cuna de Acordeones de Villanueva han denominado “Romanza”.
Pero como el paseo ha sido el ritmo vallenato más comercial, históricamente ha tenido variaciones y ramificaciones, algunas con vida efímera como en el caso del “pasebol”, una mezcla de paseo y bolero o lo que  hoy denominan “el ranchenato” o paseos excesivamente románticos y llorones que se asemejan a una ranchera.
Juglares Vallenatos como el homenajeado en la próxima edición del Festival, Leandro Díaz compuso y cantó en este ritmo  una de sus más bellas piezas:

Este Paseo es de Leandro Díaz
Pero parece de Emilianito
Tiene los versos muy chiquiticos
Y bajiticos de melodía

El paseo también se ha prestado para que muchos compositores mercantilistas, solo en busca de provecho económico, sacrifiquen la versificación y en ese ritmo le canten a cualquier cosa, sin rima, ni métrica alguna.
El ritmo de paseo es definido como aquel donde se baila paseando; pero existen paseos suaves o lentos, así como paseos rápidos, que solo se pueden diferenciar de otros ritmos por el golpe de la caja.
COLOFON: Recuerden que escribo no solo para mis paisanos, porque la tecnología nos acerca al mundo y nos leen en muchos rincones de la aldea global.

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