El Partido Liberal es el partido de los derechos y libertades con el fin de construir y enriquecer una sociedad democrática y asegurar un orden jurídico justo.
No afirmo que sea el único partido de los derechos y de las libertades porque eso sería excluir a otros partidos que han colaborado en la lucha por los derechos y las libertades. Pero no se puede negar que es el partido de la lucha por los derechos y las libertades civiles y sociales, los derechos de los débiles y nadie es más débil en una relación de trabajo que el trabajador, es por este motivo que nuestro partido está inserto en una filosofía socialdemócrata desde nuestro nacimiento, es un partido liberal con ideas del socialismo democrático.
En nuestra tradición democrática el Partido Liberal tiene figuras que se han distinguido por su liderazgo. Sus nombres brillan en el firmamento de la República como Santander, Murillo Toro, Ezequiel Rojas, Benjamín Herrera, Uribe Uribe, Lopez Pumarejo, Gaitán, Lopez Michelsen. Las grandes transformaciones constitucionales ha sido el Partido Liberal el más esclarecido conductor de la lucha por los derechos sociales como la reforma constitucional de 1936 que sembró las bases de la máxima conquista de los trabajadores en el siglo XX y que fue el Estado de Bienestar con claras reglas de juego democrático, para un ambiente de tolerancia sin autoritarismos.
Nuestra cultura de derechos humanos no cayó del cielo en una tarde serena, sino que ha sido el resultado de la lucha política y civil de la ciudadanía gestada en la Constitución Política de 1991, que ha sido la carta de navegación en la cual los derechos económicos, sociales y culturales con su principio rector de la no regresividad se ha reconocido y garantizado como derecho humano.
Las personas adultas mayores han acompañado el Partido Liberal que le ha respondido defendiendo su condición de personas que merecen una especial protección del Estado Social y Democrático de Derecho, protección especial que está consagrada en la Carta Política de 1991.
Tuve el inmenso honor de haber sido constituyente y fui testigo de la gestión de Horacio Serpa en el triunvirato de la presidencia de la asamblea en defensa de los derechos humanos. La Constitución de 1991 fue convocada bajo la presidencia de la república de Gaviria, liberal, y la pauta del humanismo socialista del Partido Liberal estuvo al frente sin descanso.
Las leyes deben ser obras de la razón jurídica de una sociedad democrática y del respeto de un orden constitucional. Debe ser la razón que se expresa mediante el derecho y de leyes que hagan posible su defensa. La ley como obra de la razón es derecho cuando es fruto de la deliberación libre y pluralista de las instituciones, hoy nuestro parlamento necesita de su independencia y autonomía y deliberar y decidir sin la presión de nadie.
Es que el parlamento es el órgano de control político del gobierno en una democracia y no su subalterno o notario que atesta las decisiones de un gobierno de turno. Heráclito, ese gran pensador presocrático en una de sus sabias reflexiones enseñaba que hay que cuidar las leyes como los muros que protegían a las ciudades en la antigüedad griega. Es que las leyes y el parlamento son el muro de contención a las tentaciones totalitarias de cualquier gobierno, Hay que rodear la independencia y autonomía del parlamento y el primero que debe hacer esto es el gobierno. No existe camino distinto.