El 4 de julio se celebró el Día Nacional de la Juventud, fecha institucionalizada hace 14 años mediante la Ley 375 de 1997-, y según la Unión Internacional de Jóvenes por Colombia, hasta la fecha ha sido débil su implementación y desarrollo en el marco de la Política Nacional de Juventud, aunque han sido grandes los aciertos y proyectos que han emprendido los jóvenes tanto en Colombia como en otros países.
Esta fecha es significativa para los jóvenes porque fue el 4 de julo de 1991 cuando la Asamblea Nacional Constituyente promulgó la nueva constitución en reemplazo de la centenaria Constitución de 1886, proceso en el que tuvieron mucho protagonismo los jóvenes del movimiento de la Séptima Papeleta, que durante estos 21 años han acompañado también las iniciativas y procesos juveniles del país.
En Valledupar, se realizaron algunos eventos para resaltar la fecha, mediante un conversatorio que como tema principal tuvo la inclusión social, tomando como base a los jóvenes emprendedores e iniciadores de su propio desarrollo. La ruta está clara para los jóvenes de la ciudad, con la promoción del emprendimiento en los jóvenes, la disminución del consumo de sustancias psicoactivas, la prevención del suicidio y el matoneo, líneas generales que fueron apoyadas por los grupos juveniles conformados en la ciudad.
Es una buena oportunidad para este sector de la población vallenata, para mostrarse como fuerza importante en la dinámica socioeconómica de la ciudad, pero también para reafirmar el papel de la juventud, que no debe esperar a que sean convocados por los gobiernos para escuchar su voz. La Ley de la Juventud le entrega herramientas suficientes para hacer más, con el apoyo del Programa Presidencial ‘Colombia Joven’, que suena poco por la capital cesarense, sólo cuando lo hace un gobernante.
Este Programa vela por el buen funcionamiento del Sistema Nacional de Juventud, con el objetivo fundamental de fijar políticas, planes y programas que contribuyan a la promoción social, económica, cultural y política de la juventud, para lo cual cuenta con el apoyo jurídico del Decreto 822 del 8 de mayo de 2000, que determina la coordinación y concertación de todas las agencias del Estado y de las demás organizaciones sociales, civiles y privadas, en función del pleno desarrollo del Sistema Nacional de Juventud”.
La tarea de la juventud vallenata es grande. Hasta ahora no son una fuerza representativa que se hace sentir en la ciudad, en decisiones importantes, con influencia a la hora de elegir a los gobernantes. Es un escenario que está sin conquistar.