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El panorama económico de 2019 (II)

¿Qué nos depara la economía en este 2019? Es la pregunta que nos hacemos todos, pero principalmente los agentes económicos: las empresas, los bancos, las familias, las personas y hasta el mismo Gobierno. Recordemos, como anotaba en un artículo anterior, que 2018 fue un año un poco mejor a lo esperado y esa inercia es positiva, obviamente, para el año que se inicia.

Hay que reiterar que a pesar de ser una economía que no es abierta del todo está condicionada por lo que suceda en el resto del mundo: EE. UU, donde hay señales mixtas y se habla de una desaceleración económica; Europa, algunos de cuyos países presentan problemas particulares, además del proceso de salida de Inglaterra de la Comunidad Europea. Igualmente, lo que suceda con las tasas de interés en el mundo y el precio del petróleo, nuestro principal producto de exportación, son factores que afectarán a la economía de Colombia en 2019.

El ministro Alberto Carrasquilla tiene una visión favorable de la coyuntura y el futuro de la economía colombiana a corto plazo. Habla de un crecimiento esperado entre 3,5 y 4,0 por ciento, por cuenta de la demanda interna. En el frente externo, reconoce que el panorama es de incertidumbre. No obstante, considera el señor ministro que la Ley de Financiamiento debe ayudar a estimular la inversión productiva y es un mensaje a la banca multilateral y a otras entidades, como las calificadoras de riesgo, en el sentido que Colombia mantiene su tradición de un manejo responsable y prudente de su política fiscal y del resto de las políticas macroeconómicas.

Además, advierte Carrasquilla en entrevista a la revista Semana, edición 1914, de enero 5 de este año, que la inflación se mantiene bajo control y son buenos los balances en materia de comercio exterior. Los sectores en los cuales el ministro confía ayuden a la recuperación son: la construcción de vivienda, los proyectos de infraestructura denominados 4G, un ambicioso plan de inversiones de Ecopetrol, el Metro de Bogotá, entre otros proyectos específicos.

El hecho de ser 2019 un año en el que finalizan la gestión de alcaldes y gobernadores, insisto, implica la terminación de muchas obras de infraestructura en las regiones. Además, el proceso electoral, previsto para octubre de este año, también es favorable por los gastos en publicidad, transporte y otros elementos de logística de las elecciones.

En el caso de Valledupar y el Cesar, hay un tema particular que puede afectar su desempeño económico: el fenómeno del Niño, cuyos efectos ya se sienten en cultivos y fincas ganaderas y la migración de Venezuela, personas que seguirán demandando empleo y servicios sociales que tendrán que asumir, de alguna manera u otra, los gobiernos territoriales y la Nación.

En medio de este panorama, la prudencia debe ser la regla para los agentes económicos, tanto empresas como familias; en el caso del sector agropecuario hay que prepararse, desde ya, para afrontar las consecuencias del fenómeno del Niño. Se espera que 2019 sea un año aceptable para la economía colombiana, dependiendo, en buena parte, de lo que suceda con el petróleo y de ese comportamiento de la economía internacional como lo señalé al principio de este artículo.

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Carlos Alberto Maestre: