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El pajarito azul

Van nueve meses de aislamiento, decretos, tristezas, incertidumbre, pero también de mucha esperanza en medio de anécdotas que van y vienen, trayendo nuevos quehaceres y comportamientos en nuestras nuevas rutinas que debido al coronavirus, también van acompañadas con tapabocas, alcohol, lavados de manos y todas las precauciones para evitar el contagio.

De esta forma, resaltamos una de las cosas que se han puesto de moda en esta larga y trágica pandemia, los ya recurrentes e infaltables encuentros sincrónicos, que a través de diversas plataformas, nos han permitido reunirnos y compartir buenos momentos en medio de todo. Precisamente en una de las lluviosas noches de noviembre del año de la covid-19, programamos una reunión virtual con dos grandes amigos: Iván José Castro González y Yimis Enrique Ramírez Uhía, dos versados y veteranos comunicadores que además de sus barrigas, también han engrandecido su conocimiento en el manejo de las redes sociales.

Y así, sin pretender ser unos licenciados en Twitter, pero por conocimiento de causa, gracias al encerramiento por la pandemia, en un promocionado Zoom, hicimos un análisis de nuestra fauna virtual en la famosa red del pajarito azul, dando como resultado una particular clasificación de nuestros twitteros, algunos ya reconocidos copólogos:

Los ‘Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez’: Muchas veces con delirio de grandeza se la pasan conectados las 24 horas del día, opinando y comentando de todo; fútbol americano, elecciones estadounidenses, literatura, películas, predicciones del tiempo y hasta astrofísica. Definitivamente con tanto conocimiento deberían estar en la Nasa o produciendo la vacuna contra el coronavirus.

Los ‘Politólogos’: Con insuficiencia de causa, te tildan de mamerto, uribestia o tibio. Creen conocer el mundo y los movimientos políticos a la perfección y con trinos superfluos se las dan de grandes oradores y defensores de causas que ni ellos mismo conocen. Nadie puede trinar o controvertir su pensamiento.

Los del ‘Nuevo Orden’: Un ejército enquistado en el espectro digital vallenato, pequeños en tamaño, pero grandes en cuentas y perfiles falsos. Viven pendiente a los comentarios y noticias en contra de las administraciones para atacar y caerle en gavilla a sus autores.

Los ‘Copialina’: Parecidos a los ‘Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez’, pero en los ánimos de figurar y dárselas de eruditos recurren a la mala práctica de robar trinos para publicarlos como propios.

Los ‘Doble Cara’: Tienen más cuentas que Rockefeller y no precisamente bancarias, sino de perfiles falsos para denigrar de los que piensan diferente, unas veces porque no tienen oficio y otras porque los contratan.

Los ‘Ritmo de Puya’: Nada les gusta, nada les parece. Viven todo el tiempo reflejando su amargura en sus trinos.

Los ‘Sirena Vallenata’: Les gusta ver los toros desde las gradas, todo el tiempo de espectadores, tienen cuentas desde hace mucho tiempo y nunca opinan. Solo se remiten a dar retweet y me gusta.

Y para concluir tenemos a los ‘Teletrabajo’: Que es una combinación de todos los anteriores, pero con la antes mencionada característica de estar conectados todo el día, opinando sobre todo, a lo que surge el interrogante ¿Bueno, y esta gente a que hora trabaja?

A propósito, en medio del encuentro virtual se escuchó la voz de la señora del amigo Iván quien algo molesta exclamaba: “Ojalá y tuvieras el pajarito como ese azul del que hablan, trinando y despierto todo el día”.

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Deivi Safady: