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El otro cambio, según un paleontólogo

Nos vamos en este festivo de recorrido de la mano del paleontólogo, esa ciencia que hace el registro de la vida en la tierra a partir de los fósiles, que son restos de actividad de organismos pretéritos. El paleontólogo colombiano Carlos Jaramillo, experto internacional,  descubrió con su equipo la  serpiente la titanoboa en el 2009,  en el vecino Cerrejón. El hallazgo de los fósiles de la que, con sus más de trece metros de largo y una tonelada de peso, es la serpiente más grande que ha habitado la Tierra, hace 60 millones de año.

Jaramillo dice que entre todas prefiere viajar a una etapa de dinosaurios: “Al Cretácico medio, hace como 100 millones de año, un bosque tropical con plantas sin flores y con niveles de CO2 que sobrepasen las mil partes por millón (ppm). Hoy estamos en 420, y antes de la revolución industrial estábamos en 280. Las temperaturas tropicales en el Cretácico estaban por encima de 35 grados, hoy estamos en 27 grados. Había extensos mares epicontinentales y el nivel del mar estaba unos 50 metros por encima que en la actualidad, así que todas estas planicies gigantescas dentro del continente eran océanos”.

Son interesantes sus opiniones sobre el cambio climático actual tomadas de la Revista Bocas:  “El registro fósil nos da una medida de escala. Para entender que un aumento de un grado Celsius en 100 años sea alto o bajo se necesita un contexto que diga si esto ha pasado antes o si es la primera vez que ocurre en la historia. De lo contrario, es como invertir en la Bolsa de Valores sin conocer el comportamiento de la acción en los últimos cinco años, solo con lo que pasó esta mañana. Los fósiles también nos dan una línea base de qué es prístino (inalterado). Puede que hace mil años los humanos hayamos modificado tanto el paisaje que lo que nosotros pensamos que era prístino no lo sea. Entonces, el registro fósil nos permite entender realmente de dónde es que partimos.

Calentamientos globales ha habido muchos, y mucho más intensos que el actual. De hecho, en los últimos 200 millones de años, la constante ha sido tener un planeta mucho más caliente que el actual. Eso de estar tan fríos en los últimos cuatro millones de años es súper raro. La última vez que pasó fue hace como 400 millones de años, cuando hubo épocas de glaciación e interglaciación. Lo que sí ha sido diferente en los últimos 200 años es la velocidad del cambio. Este calentamiento es diez veces más veloz que el calentamiento más rápido del que tenemos conocimiento en la historia geológica, que ocurrió hace como 55 millones de años, y ha sido producido por una sola especie: nosotros. 200 años, en los 3.800 millones de años que lleva la vida en el planeta, es absolutamente nada. En la evolución usted no se las puede ganar todas.  El precio que hemos pagado por tener tanta gente en el planeta es que usamos montones de recursos. ¿Que qué va a pasar? Si usted mira eventos anteriores similares, las especies o se aclimatan y se adaptan y se vuelven otras especies, o se extinguen. El planeta va a seguir viviendo por mucho más tiempo después de que nosotros nos extingamos. Una especie, en promedio, dura tres millones de años. Ni la especie más voraz o más rápida ha durado más que eso. Nosotros, apenas, llevamos 140.000 años en este planeta, es decir, ni el 5 por ciento de lo que deberíamos. Si hablamos de éxito evolutivo definido como la longevidad de la especie en el registro geológico, nosotros probablemente vamos a ser de las especies menos exitosas”.

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Redacción El Pilón: