Con muchos bríos y luego de unas merecidísimas vacaciones regresamos a este espacio con un tema de esos que levantan ampollas, especialmente en aquellos que les gusta leer solo lo que les conviene.
En el mes de diciembre pasado y después de muchos años de no presentarme como concursante en un festival vallenato quise comprobar directamente un secreto a voces en el medio, el cual es que los festivales vallenatos, con excepción del de Valledupar, se encuentran en decadencia o más bien en vía de extinción.
Pues me inscribí y participé en el concurso de la Canción Inédita del Festival Tierra de Compositores de Patillal y allí observé en primer lugar que estos eventos se siguen haciendo por enjundia y, tal vez, orgullo de algunos ciudadanos que se niegan a claudicar en el empeño de preservar las raíces del folclor vallenato y de impulsar a la juventud a seguir el camino que trazaron nuestros juglares.
Pude comprobar que este festival al igual que la gran mayoría de estos eventos no ha crecido en muchos años de existencia y por el contrario ahora ni se anuncia el valor de la premiación, lo cual hace pensar que la organización, previo a la iniciación del festival no cuenta con un presupuesto y recursos claros para su financiación.
Es triste que los organizadores vivan más pendientes del cobro de las entradas a la zona VIP de las presentaciones de artistas invitados, que de los concursos en sí, eso se vivió en Patillal y me imagino que en la mayoría de festivales, en razón a que los gastos que demanda el evento, incluida la premiación, depende de lo que se recoja en el mismo evento, ya que no hay un patrocinio o financiación previos.
En lo que tiene que ver con los concursos se ha puesto de moda y tengo información de que ya muchos festivales están aplicando el sistema de poner de jurado de la final de todos los concursos a personas nacidas en el mismo pueblo, eso hace que la amistad y en algunos casos la familiaridad incline la balanza hacia los participantes nativos y se pierda la tan anhelada imparcialidad que se requiere por parte del jurado en todo tipo de competencias, de tal manera que ahora es bien difícil que concursantes que van de otros pueblos, ciudades y regiones lleguen por lo menos a la final.
Para nadie es un secreto que los gastos en los que incurren los participantes no nativos son bastantes grandes y si ya uno sabe que las opciones de ganar son ínfimas, pues los festivales se quedarán con solo participantes del mismo pueblo.
COLOFÓN: Estuve tentado a escribir hoy sobre la novela de Diomedes, pero voy a esperar ver más capítulos para tener mayores elementos de juicio y la próxima semana les daré mi opinión al respecto.