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El nuevo gobierno en Perú

La república hermana de Perú eligió el domingo al ex militar de izquierda Ollanta Humala Tasso, como nuevo Presidente de la República, por un estrecho margen sobre la administradora de empresas, Keiko Fujimori.
A pesar de la incertidumbre por la pequeña diferencia en los resultados, la joven Fujimori ya reconoció el triunfo de su oponente y -poco  a poco- los principales gobiernos de América Latina y del mundo, han comenzando a reconocer la elección Humala.
La república hermana de Perú pasa por un buen momento económico; con unas buenas tasas de crecimiento, producto de tres gobiernos que dieron garantías al sector privado y estimularon la inversión nacional y extranjera. En primer lugar, hay que reconocer los éxitos del primer gobierno de Alberto Fujimori, un ingeniero agrónomo de origen japonés, que le ganó a Mario Vargas Llosa y ejerció un gobierno de derecha, de mano dura que acabó con Sendero Luminoso, que le alcanzó para una primera re-elección, pero al aspirar a un tercer período se vio envuelto en serios problemas por abusos de poder, violación de los derecho humanos y problemas de corrupción, entre otros.
Finalmente, Fujimori abandonó la jefatura del Estado, escapó a Japón donde se asiló, pero luego regresó al Perú, donde hoy se encuentra pagando una condena de veinticinco años de prisión. No obstante todas las críticas y errores, hay que reconocer que fue un gobierno con muchos resultados positivos, al comienzo.
A Fujimori lo remplazó el economista Alejandro Toledo, quien logró una buena gestión con un gobierno con una gran estabilidad política, buenos resultados en el plano económico y una tranquilidad social como no había vivido en muchos años la nación de los Incas.
Y a Toledo lo sucedió en la presidencia, el abogado Alan García, del viejo partido nacionalista APRA, quien, en este segundo gobierno, logró mejores resultados que en el primero, que fue un fracaso. Esta vez, logró una gran estabilidad política, buenos resultados en materia económica e –igualmente- relativa tranquilidad en el frente social, a pesar de la alta pobreza que afronta ese país, cercana al cuarenta por ciento y a una gran población indígena que vive en condiciones de marginalidad.
No ha sido muy tranquilo el proceso de elección presidencial en el Perú, en esta ocasión. En una primera vuelta quedaron por el camino opciones como el mismo Toledo, y del también economista y ex ministro de Hacienda, Pedro Pablo Kuczynski; a la segunda vuelta pasaron Keyco Fujimori y Ollanta Humala.
El Premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, hablaba recientemente que sus paisanos tendrían que escoger entre un cáncer y un sida, para referirse –despectivamente- a Fujijmori y Humala. No obstante, Vargas Llosa, un hombre de ideas liberales, hizo público su apoyo Humala.
A pesar de sus aclaraciones, con la llegada de Humala al gobierno de Perú, ganaron las ideas de izquierda, al parecer moderadas, pero de izquierda, al fin y al cabo. Ojalá, que el nuevo Presidente logre conservar los aspectos positivos de la gestiones de Toledo y García, en materia económica.
La gran incertidumbre para el propio Perú, América Latina y el mundo, es Humala Tasso seguirá la línea radical y bulliciosa del coronel Chávez o la moderada y prudente de Lula Da Silva. En el caso de Colombia, lo menos que podemos esperar es que el nuevo mandatario sea solidaria en la lucha que libra Colombia contra el terrorismo y el narcotráfico, y facilite las relaciones diplomáticas en organismos como la Unasur y la OEA, entre otras. Y en la parte comercial una intensificación de las relaciones económicas, en beneficio de los dos países.

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