El saqueo en Colombia es superior a la inversión social, cada año se pierden 50 billones por la corrupción y la inversión social no llega a los 33 billones. ¡Queda la sensación personal que en Colombia el crimen si paga! Los privilegios carcelarios y las rebajas de pena son los motores que llevan a los delincuentes de cuello banco a desafiar la ley y a saquear las arcas del Estado. En Colombia el 30 por ciento de los funcionarios está dispuesto a pagar sobornos por un contrato, y el país lo sabe.
En una sociedad tolerante como la nuestra enmarcada por la cultura del dinero fácil potencian este comportamiento y forman delincuentes de cuello blanco. Parte de la solución está en la educación y en la formación de ciudadanos éticos no propensos al delito. En Colombia existen penas severas para combatir la corrupción, pero esas conductas no sirven si los delincuentes obtienen beneficios y no devuelven el dinero robado ni entregan los nombres de sus cómplices.
El triunvirato formado por el Fiscal General, el Contralor y el Procurador, unidos con la colaboración entre países, será clave para que en los próximos años se pueda ganar la difícil tarea de evitar que se roben el país a raponazo limpio. Además, se busca con una linterna la transparencia en el manejo del dinero para la gran inversión del posconflicto. ¿Qué se puede hacer para que esos funcionarios cínicos puedan entender que el dinero público es sagrado? En Colombia 20.000 personas han sido sancionadas entre 2007 y 2016 por delitos de corrupción, de los cuales el 25 % tienen casa por cárcel y el 25 % está en una cárcel.
Entre Los casos más sonados están el Guavio, Foncolpuerto, Interbolsa, la Dirección Nacional de Estupefacientes, las regalías departamentales, el carrusel de la contratación en Bogotá, Saludcoop, Fifagate y Fidupetrol. ¡En Colombia, el saqueo equivale a un billón de pesos por semana! Es imperativo y urgente fortalecer la vigilancia de las entidades de control. Las cifras son suficientes y están advirtiendo al país y a sus dirigentes que ya es hora de frenar a quienes se roban al país. Diariamente se están destapando escándalos, sin mencionar el caso especial de Odebrecht que por su gran alcance y dimensiones amerita que los responsables reciban sanciones oportunas y ejemplarizantes ¡En Colombia el saqueo tiene que dejar de ser un buen negocio!
Por Gustavo Cotes Medina