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El mono bromista

Rodolfo Sandoval

Aquel era un mono alegre, aunque un bromista pesado. Un día vio a un sapo dormido y le canto bien cerquita: de las aves que duermen me gusta el sapo, porque es petizo, gordo, panzón y ñato.

El sapo se despertó asustado y por un tiempo no pudo dormir tranquilo. Una mañana, la tortuga caminaba muy despacio buscando una hoja rica para comer, cuando el mono pasó corriendo a su lado gritando:

  • Corran , corran todos, que se está incendiando el bosque ¡ la pobre tortuga caminó lo más rápido que pudo medio muerta de miedo, hasta que el mono le dijo….
  • ¡ Jajaja! ¡Te lo creíste! ¡era una broma! Como se divertía el mono.

Un día, su fama de bromista llego a oídos de la zorra. De inmediato decidió darle una lección. En cuanto se encontró con el mono la zorra le dijo :

  • Tengo un montón de bananas deliciosas, ¿quieres venir a cenar a casa esta noche?.
  • ¡ allí estaré – respondió el mono.
  • Esa noche, marcho muy feliz a la cueva de la zorra. Era una cueva muy oscura, la zorra estaba acostumbrada a ver en la oscuridad, pero el mono no veía casi nada. La zorra le presentó una gran fuente llena de bananas. El mono se sirvió con gran apetito, casi sin masticar, se devoró dos bananas.
  • Cuando iba por la tercera se dio cuenta de que… ¡estaban verdes! ¡banana verde! ¡era lo peor que le podía pasar a un mono! Comer bananas verdes! Y dos bananas verdes! Grito el mono mientras se agarraba la panza. Y la zorra le respondió – ¿has visto? ¡ qué buena broma! ¿no te gustan las bromas? El mono, entonces aprendió la lección de la zorra y no hizo más bromas pesadas.

AUTOR: RICARDO SANDOVAL ITURRIAGO | I. E. RODOLFO CASTRO CASTRO

Periodista: