Respondo de manera juiciosa a una tarea que me asignara un gran amigo, el gran Ñeko Montenegro. Él es un músico de calidad, defensor acérrimo del folclor nuestro; ese folclor que tiene la esencia y sabe a pueblo; sabe a amigo y desde luego sabe a poesía. Hace pocos días le escuché cantar un merengue llamado de flor en flor, del maestro Tijito Carrillo. “Voy cual pájaro errante/ que cantando su dolor/ aminora las penas/ que le causa el sentimiento.
Ya no puedo volar/ como lo hacía de flor en flor/ porque tú me quitaste las alas del pensamiento. Cuando no te miro/ eso es muy desesperante/ lloro cuando me acuerdo/ que sin ti no tengo suerte”. Esa canción es una poesía hecha merengue, cantada y ejecutada magistralmente por Jorge Oñate y Raúl “El Chiche” Martínez. No hay objeción alguna en esta apreciación. La tarea consiste en hacer un llamado especial a través de estos medios, para rescatar los aires especiales como son el Merengue, el Son y la Puya. Especialmente el primero, del cual hacemos referencia. Esto no es nuevo, la preocupación y el llamado es de antes y eso que hoy le preocupa al Ñeko, cuando inquieto me dice que revise las producciones de los últimos tres años, que no incluyen merengues. Diomedes Díaz con Colacho al acordeón, grabó un merengue llamado “El Bozal” que en su contenido, el maestro Leandro Díaz, expresa que los músicos de hoy no quieren grabar merengue, dicen que eso no se vende (…) Lo que pasa es que no saben, siempre lo interpretan mal y así quieren acabar un ritmo alegre del valle. Incomodo ante esta apreciación Raúl “El Chiche” Martínez en la voz de Miguel Herrera, le respondió con “El Freno” que dice: “Voy a hacer este merengue a Leandro Díaz/ porque no es necesario de hacer diez/ Con talento y con buena melodía/ de esta forma lo voy a reprender. Pasado más de treinta años, la razón en el tema, a entender de los conocedores, la tuvo y la tiene hasta hoy Leandro Díaz. Félix Carrillo Hinojosa, compositor, periodista e historiador; Wilman “La Urraca” Rodríguez, verseador compositor y gran músico y el escritor, periodista e historiador del folclor Alberto Muñoz Peñaloza de manera casi unánime responden a esta inquietud con la misma premisa. “Les resulta más cómodo a cantantes y compositores nuevos, andar en una zona de comodidad, componer y cantar solo paseos y tenerlo como aire preferido”. “Aquí no hay que buscar más responsables que los intérpretes, no los compositores. Mientras los interpretes solo quieran grabar paseos; el son, el merengue y la puya no tienen nada que hacer” Félix Carrillo. Como no añorar por ejemplo, Horas Felices, La Piquería, Tiempos Idos, La Estrella de Patillal, Amor a Dos Manos, Carmen Bracho, El Firme y tantos merengues de calidad. Vamos pues, a la salvaguarda de estos aires. Jóvenes y viejos a grabar merengues. Sólo Eso.
Por Eduardo Santos Ortega Vergara