Los resultados de las pasadas elecciones regionales abren un espacio a las nuevas generaciones y prometen un nuevo principio, un porvenir para nuestro Valledupar, liderado por el alcalde electo, Mello Castro González, conocido popularmente como “El Mello Va”.
En un hogar de cuatro hermanos, El Mello, administrador de empresas de profesión, es el único que ha tenido vida pública en cargos de elección popular, en lo que ha mostrado su vocación de servicio y sus ganas de aportar en pro del municipio y el departamento del Cesar, primero como concejal de Valledupar y diputado del Cesar en ambas circunstancias como presidente de ambas corporaciones, y ahora como el nuevo alcalde electo de la capital del Cesar.
Propio de nuestro hogar, El Mello fue criado sin arrogancia y sin pretender ser desmedido; siempre se nos inculcó el respeto a la gente y el entender sobre la importancia de cada uno, con grandes ejemplos como bandera, no sólo de nuestros padres, sino de nuestros abuelos, quienes están ligados a la historia y construcción de Valledupar y del departamento.
Por lo anterior, puedo decir con seguridad que El Mello entiende la responsabilidad de continuar con aquel legado de nuestro abuelo Pepe Castro, ese que tiene un origen provinciano por el cual, además de orgullo, sentimos respeto y, aún hoy, genera cariño y nostalgia por aquel que recuerda no solo sus obras, sino el amor por su gente.
Así mismo, El Mello trae consigo una nueva óptica y preparación, propia de la nueva generación a la cual representa, con un pensamiento que ambiciona grandes cosas para Valledupar y la región, con la actitud clara de que cuando corresponde, se debe hacer gestión por lo nuestro, especialmente, gestión en las altas instancias del país.
Con la idea clara de hacer a Valledupar la nueva sorpresa Caribe, El Mello sabe que debe hacer su trabajo con responsabilidad, perseverancia, disciplina, honestidad y compromiso; disposición y entrega al trabajo sin malcriadeces y sin mentiras. Esto rememorando aquel legado en el que el apellido Castro es sinónimo de buen servicio y de nada distinto.
Mi abuelo Pepe marcó el desarrollo de Valledupar, con trabajo, cercano siempre a la gente y sin condición alguna que manchara su gestión pública. Planeó y ejecutó, concibió obras de calidad, deseó y consiguió una mejor Valledupar.
Sirvió a su ciudad con conciencia social otorgando espacios a personas de distintas condiciones para que pudieran crecer y servir desde lo público. Con ese gran ejemplo actuará su nieto, trabajando sin cansancio, con honradez y con la frente en alto a poner orden en la ciudad.
Ya se ha dicho, El Mello Castro es el futuro del Valle, representante de las nuevas generaciones, que actuará debidamente en su administración, respaldado por su familia y por el pueblo que lo eligió.