Por: Indalecio Dangond Baquero
No se necesita una bola de cristal para llegar a la conclusión de que el próximo presidente de Colombia será aquel candidato que le de continuidad a la política de estado de seguridad democrática del presidente Uribe. Es tan alto el voltaje que ha dejado nuestro Presidente con su capacidad de trabajo y buen gobierno, que vamos a tener que dividir la historia política de Colombia en dos partes: Antes y después de Álvaro Uribe Vélez.
No voy a mirar por el retrovisor para caer en odiosas comparaciones con anteriores ex presidentes, todos han tenido buenas intenciones de hacer bien las cosas, sino que a unos, les ha ido mejor que a otros. Ustedes evalúen y hagan sus propias conclusiones, porque los hechos hablan por sí solos.
Decía alguien que ‘’los grandes líderes son grandes no por lo que producen, sino por lo que proyectan’’, y ese es legado que le ha dejado Uribe Velez a los futuros gobernantes de este país con su modelo de gobierno, basado en un sistema de de libertades, independencia de las instituciones del Estado, participación ciudadana y facilitador de las iniciativas del sector privado. Con este nuevo estilo de trabajo y responsabilidad pública, se cambió, en gran parte, el voto ideológico de los partidos por el voto de convicción y oportunidad.
Todas las encuestas del país dicen con claridad que los colombianos votaríamos por Uribe Velez, si la Ley le hubiese permitido lanzarse nuevamente. Y miren algo tan curioso; los candidatos que están identificados con el modelo Uribe, son los más opcionados a ganar las elecciones a la presidencia de la Republica, mientras que los que se oponen a este modelo y se encajonan en la ideología de sus partidos, no han podido levantarse del piso de las encuestas. Debo aclarar, que en muchas de mis columnas de opinión he sido crítico a ciertas actuaciones de este Gobierno en materia de violación de derechos humanos, injusticia social rural como el caso de Agro Ingreso Seguro, tolerancia al clientelismo, corrupción y arbitrariedad en el poder.
Estas elecciones se han caracterizado por la falta de propuestas contundentes que nos ayuden a terminar de salir de los problemas de pobreza, equidad y justicia social, eliminación de la corrupción y el clientelismos, falta de educación para millones de niños pobres y convivencia ciudadana entre otros. En la política hay que entrar con buenas ideas y ganas de hacer historia. Los candidatos opcionados están más enfrascados en una pelea de egos que en presentar propuestas serias que ayuden a solucionar los problemas antes mencionados.
Sin temor a equivocarme, en estas elecciones tendremos tres tipos de votantes: Los del voto por disciplina de partido (Noemí Sanín), los del voto por convicción (Antanas Mockus) y los del voto de oportunidad (Juan Manuel Santos). Los candidatos que están viendo que ya no tienen chance de llegar a la primera vuelta, comenzaron hacer alianzas con quien más se parecen para no quedarse por fuera de la foto del poder. Los que estén en una dirección contraria y que se parezca a línea de gobierno de un Hugo Chávez o Evo Morales, no tendrá ninguna opción de poder en nuestro país.
Una última reflexión: decía Margaret Thatcher, ex ministra del Reino Unido que ‘’En política, si se desea un discurso, hay que pedírselo a un hombre. Si se desea lograr algo, hay que pedírselo a una mujer.