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El legado de Julio Mario Santo Domingo Pumarejo

Colombia despide por estos días a uno de sus hijos más ilustres: Julio Mario Santo Domingo Pumarejo. El empresario de origen costeño y ancestros vallenatos, quien falleció a la edad de 87 años, el viernes pasado en Nueva York, donde vivía.El desarrollo industrial del país, principalmente en el sector de bebidas, transporte aéreo, medios de comunicación, finanzas, construcción, entre otros, le debe mucho a este empresario, cuyo patrimonio se estima alrededor de los ocho mil quinientos millones de dólares, uno de los más grandes del país, y por eso considerado entre las cien personas más ricas del mundo.  En muchos sectores de la sociedad colombiana, algunas veces, no es bien percibido el éxito empresarial; se considera que ganar dinero, tener éxito en los negocios, es sinónimo de explotación, de ánimo de lucro, etc. La realidad debería ser todo lo contrario: la sociedad debería elogiar y destacar al empresario, no sólo a los más grandes y exitosos, sino también a los medianos y pequeños, a quienes, a pesar de las dificultades, se empeñan en forjar empresas, generar empleo y construir país desde el sector privado, arriesgando su capital y su patrimonio.  En ese sentido, consideramos que se debe alabar, sin pena y sin tapujos, a quienes diariamente luchan por hacer empresarismo en el país, invertir, arriesgar, perder a veces, ganar otras veces, generar empleo y pagar impuestos, ya que la empresa privada es la que genera valor y riqueza en el sistema económico que nos rige. Y en este sentido, hay que destacar a Santo Domingo Pumarejo, sin lugar a dudas.  Muchos colombianos únicamente conocen sólo una parte de la vida de Julio Mario Santo Domingo: sus estrategias en la puja del dominio de las empresas, las grandes utilidades que obtuvo en muchas de ellas; su activa y elegante vida social  al lado de personajes del Jet Set Internacional. Pero, desconocen, o  conocen muy poco, las grandes tareas y proyectos que en el área social adelantó el ilustre empresario, inclusive apoyando y sosteniendo empresas en dificultades económicas como lo fueron, en su momento, el diario EL ESPECTADOR y  la revista Cromos. Era un hombre progresista y de ideas liberales. A través de la Fundación Mario Santo Domingo, con el fomento del microcrédito, la capacitación a artesanos y microempresarios, y sus actividades de apoyo a la educación y a la cultura, en general, Santo Domingo fue pionero de la responsabilidad social empresarial, como lo pueden testificar muchos microempresarios y familias beneficiadas con estos programas en  Barranquilla, el Atlántico y en toda la Región Caribe. Su última gran gestión a favor de la cultura fue la inauguración de una biblioteca, teatro y centro cultural en la capital del país, que lleva su nombre y que ratifica su espíritu solidario, generoso y amigo de la cultura.  Con mucha razón el sector empresarial y político del país, comenzando por el propio Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, han reconocido la labor tesonera de Santo Domingo en sus negocios, pero también su faceta altruista y solidaria, y ejemplo para las nuevas generaciones de costeños y colombianos, en general.

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