Por el aplazamiento del Festival de la Leyenda Vallenata dejaron de circular $200 mil millones que generan 120 mil turistas con un promedio de gasto de 1 millón 100 mil pesos por visitante según datos expuestos por José Luis Urón, presidente de la Cámara de Comercio, en el simposio en línea, el día de ayer, de la Universidad del Área Andina y apoyado por El Pilón.
Los datos hacen parte de una matriz construida a partir de la información de 2019 suministrada por las empresas que reportan 26.947 pasajeros que llegaron por vía terrestre; 7.547 visitantes en avión; 90.000 en vehículos particulares, generando una ocupación hotelera del 67 %, y un gran saldo: el 94 % vuelve y recomienda el Festival Vallenato.
Nosotros consideramos que esos datos deben estarse revisando . El presidente de la Fundación Rodolfo Molina Araújo estimó las pérdidas para la región en $100 mil millones.
Se estiman $16.930.050.000 que percibieron el año pasado los empresarios de espectáculos musicales en el marco del Festival de la Leyenda Vallenata, donde están los del Parque de la Leyenda, Biblos, Club Valledupar, Club Campestre, La Placita, Metroconcierto, Kazeta Aguardiente, Río Luna, Comfacesar, Colombo Inglés, bares y restaurantes según datos del Sistema de Información Turística del Cesar, Situr.
El otro ingreso grueso del Festival es el de los hoteles; y como referencia comentamos que en el pasado carnaval de Barranquilla, antes del coronavirus, los ingresos alcanzaron los $ 7.000 millones. De ese carnaval, la revista Dinero dijo que hacerlo costaba $ 20 mil millones y dejaba ingresos de $ 61.000 millones pero últimamente El Heraldo ha multiplicado esa cifra por 5.
En la pasada Feria de Las Flores de Medellín un evento de 10 días se declararon ganancias para la ciudad de USD 22 millones, el equivalente para entonces a unos $ 70.000 millones.
Con esto al tiempo que pedimos profundizar los estudios económicos del beneficio llamamos la atención de que es un certamen que deja miles y miles de millones a la ciudad y a la región y ese impacto se inicia en los primeros días de abril y se prolonga hasta los inicios de mayo.
La otra cara de la moneda, la sentimental
Más allá de lo económico, para los músicos, cantantes, compositores, acordeoneros y juglares, sin desconocer el poder del dinero, la afectación es más afectiva y hablan desde la subjetividad. Para Rosendo Romero, el poeta de Villanueva, el festival es “un alimento espiritual y emocional”, además de la economía, extraña “la interrelación, la interacción y la integración social”, para él es clave encontrarse con un amigo que hace tiempo no ve como Fernando Dangond que motivado por el festival convierte la fiesta de acordeones en un pretexto para el encuentro con el foráneo como lo relata en ‘Nació mi poesía’ y que Rafael Manjarréz complementa en ‘Ausencia sentimental’.
Nuestros poetas dicen que “el tiempo de Dios es perfecto”. “El festival está aplazado en la plaza o el coliseo, pero jamás en el corazón”, ese fue el apunte de Gelca Gutiérrez Barranco.