Se llevó a cabo ayer el lanzamiento del libro ‘Impactos Socioecónomicos de las Regalías del Carbón en el Cesar’ elaborado por Cesore en compañía de Fundesarrollo. Dos centros de pensamiento del Caribe colombiano. El evento se hizo con el apoyo de ésta casa editorial, y bajo dicho lanzamiento se llevo a cabo un foro de EL PILÓN.
Varios fueron los actores. El primero, el Gobierno nacional, que, a través del director nacional de planeación, presentó el desarrollo de la nueva ley de regalías. Tanto del acto legislativo que la cambió, como las leyes reglamentarias que están en curso.
En resumen, la nueva legislación promete más recursos para las regiones productoras y menos trámites para su adjudicación pero también fue claro Luis Alberto Rodriguez en decir que a partir de la adjudicación de los recursos la contratación, ejecución y monitoreo de los mismos ya es un tema de las regiones, de sus gobernantes y de su sociedad civil.
El contralor general de la República, Carlos Felipe Córdoba, quien también hizo presencia en este evento convocado por Cesore, mostró su preocupación al expresar que 190 de los 747 proyectos que tiene el departamento por tres billones de pesos están bajo vigilancia de la Contraloría, por algún tipo de falencias que están presentando.
Su llamado fue claro: la Contraloría necesita aliados desde la sociedad civil y desde la academia para poder cumplir su labor de una manera más fácil y más expedita. Su compromiso con la región fue total.
El libro de Cesore y Fundesarrollo, que posteriormente analizaremos en este diario, (verlo en cesore.com) es analítico, crítico y usando cifras y datos del mismo Gobierno muestra las principales falencias en la ejecución de las regalías, adicionales a las dichas por el contralor general.
Además del libro, lo que hay que resaltar son este tipo de iniciativas desde la sociedad civil, que con enormes esfuerzos, en este caso desde Cesore, nos ayudan a comprender mejor la realidad departamental y municipal.
Finalmente hubo un mensaje de generar esperanza para que los nuevos mandatarios, recién posesionados, aprendiendo de los errores del pasado y usando la información disponible puedan corregir rumbos y beneficiar a la población en general y que las regalías no sean, como en algunos casos, no en todos, foco de corrupción.