La deforestación es la 2ª fuente de emisiones globales en el mundo después del consumo de combustibles fósiles. La ganadería y la agricultura son la principal causa de deforestación en América Latina (FAO); Brasil, Bolivia y Colombia los más deforestados. En el periodo 2000/2017, Colombia perdió casi 900.000Ha de bosques tropicales y hoy el parche agropecuario es de 2.75 millones de hectáreas.
Según Fedesarrollo la ganadería extensiva en Colombia causa el 60 % de esa deforestación y de esta actividad criminal no se escapan ni los parques naturales; p.ej., el Parque Natural Tinigua perdió 63.000Ha, el 29 % de su extensión, entre 2000 y 2019; la Macarena perdió 17.655Ha, el 3.5 % del total, entre 2018 y 2019; el Caquetá, el 2° inventario ganadero de Colombia, ha sido arrasado; hoy cuenta con 2.8 millones de cabezas de ganado y en los últimos 18 años perdió 1.4 millones de hectáreas de bosque.
Por su parte, la palma de aceite es otra causa básica de deforestación del planeta (Greenpeace); una estrategia es incendiar los bosques para facilitar la entrada de los buldóceres. En la Lindosa, San José del Guaviare, los parches de palma africana son impresionantes (Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible, FCDS, y la Gran Alianza contra la Deforestación de SEMANA).
Igual, ha sido afectado el Resguardo Nukak en el Guaviare, un hecho confirmado y condenado por Fedepalma. Recientemente fueron tumbadas 200Ha en el Parque de Chiribiquete; en La Macarena, el parque más deforestado, se tumbaron 3.576Ha en 2017. De las 59 áreas protegidas, 17 han sido afectadas (28.8 %) por la deforestación.
Por esta actividad, durante este año fueron emitidas 141 millones de toneladas de Gases Efecto Invernadero (GEI). Además, 3.5Tm/Ha/año de sustancias químicas son vertidas a los ríos y suelos. Las más afectadas son la Serranía de la Macarena, el área natural Nukak, Paramillo, Tinigua y La Paya. Es paradójico que esta práctica anti ambientalista haya aumentado desde la desmovilización de las FARC pese a que muchos dicen que estas eran el principal cartel del negocio de la cocaína. Y no es que uno quiera satanizar estas actividades empresariales, se trata de establecer raseros para medir y comparar con la superficie talada para sembrar coca.
Según la Policía Antinarcóticos, por cada hectárea sembrada deben deforestarse 1.4Ha y cada día son taladas 120Ha; pero, según el Ministerio de Medio Ambiente, solo el 24 % de la superficie deforestada es para la siembra de coca.
Sin embargo, nuestros gobiernos solo se concentran en el segmento de la coca, no por la deforestación en sí misma sino para atender los requerimientos de las políticas antidrogas de los EE.UU; no existe un plan anti deforestación nacional que se sustraiga del criterio del narcotráfico para contra restar las ofertas de trabajo de las mafias que ofrecen cinco millones de pesos por hectárea derribada. Es hora también, de pensar en los centenares de personas que cada año mueren u obreros judicializados por esta actividad.