Cuando una persona cae en las garras mortales del crédito denominado gota a gota, que no es otra cosa que un dinero prestado al 40% mensual es, o muy sinvergüenza como ocurre con los que piden para beber y jugar o es que se tiene una necesidad muy apremiante y esta reportado a la guillotina del Datacrédito, las puertas crediticias se le han cerrado y no hay otro remedio que acudir al “chupa sangre”; casi siempre las primeras cuotas diarias, porque el pago es diario, se pagan con la misma plata recibida y después, no por gusto sino porque eso no lo aguanta nadie vienen los incumplimientos, pero ya el capital y los intereses felinos se han pagado varias veces; ahí se inicia un infierno porque los desalmados, perversos y violadores de la ley dueños de los capitales que nunca aparecen por ninguna parte sino que tienen un enjambre de vampiros que andan en motos lujosas, armados, son fornidos y envalentonados, que amedrantan, intimidan, amenazan y por último agreden violentamente a los deudores llevándolos a veces al suicidio.
Toda esta película delictuosa es el pan de cada día ante la mirada impávida, indiferente y complaciente de la Policía Nacional y lo digo porque lo veo todos los días en El Boliche, peluquerías y bares, cafés y heladerías, vendedores ambulantes de toda clase, de frutas, de pescado, de carne, verduras, estacionarios sin excepción, en el poder judicial, en la Alcaldía, Gobernación, en las droguerías, en Galería y en los centros comerciales, en los barrios, desde los Guasimales hasta Novalito, en las clínicas, hospitales, en las Notarías, Registraduría, mototaxistas, taxistas, en fin en todas partes, esto es un cáncer que hizo metástasis a todo el organismo y ahí llegan los vampiros a cobrar la plata que ricos y grandes negociantes de la ciudad ponen a correr para obtener inmensas ganancias y si yo y todo el mundo se da cuenta y los ve, como el sistema de inteligencia de la Policía y la Fiscalía no se van a dar cuenta.
No más ayer vi en la casa de una familia conocida, seis cobradores de esos en sus respectivas motos y como siempre y es mi costumbre donde veo un amigo en aprietos llego, les pregunté que estaban haciendo y uno de ellos con cara de sargentón me contesto que estaban cobrando y agregó “o pagan o lo jodemos”, me dio rabia y llamé a la Policía, pero cuando se dieron cuenta salieron en estampida.
No sé si con esto arriesgue mi vida, pues me cuentan que así como a ellos los han matado ellos también tienen armado su sicariato. En todo caso le aconsejo a quienes estén metidos en ese infierno, que no se dejen atropellar, que se defiendan porque ese préstamo es delictuoso y es la razón principal para que el costo de la vida en Valledupar sea tan alto, de eso no tengo la menor duda y la Policía, la Fiscalía y todas las ías, deben de combatir este flagelo criminal para tratar de que este cáncer no siga invadiendo a la ciudad.
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Una idea, no sé si lógica o loca pero que de pronto solucione el grave problema vehicula momentáneo del centro como consecuencia de los trabajos que se adelantan: utilizar la Novena de doble vía de 7:00 a 9:00 y de 2:00 a 3:00 o la Once de una sola vía en las mismas horas de regreso y así poder atravesar la ciudad sin obstáculos, en otras ciudades lo han hecho, ¿por qué no aquí?