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El gesto de Mockus

En los últimos días, dos noticias han concentrado la agitada política nacional y las dos están muy relacionadas. En primer lugar, el repunte en las encuestas del candidato del Partido Verde, Antanas Mockus Sivikas, sobrepasando a Noemí Sanín, del conservatismo, quien venía en el segundo lugar; y – de otra parte- la divulgación por parte del propio Mockus, que padece del mal de Párkinson.

Sin lugar a dudas, la tendencia coyuntural de Mockus en las encuestas es un  fenómeno interesante de opinión pública, teniendo en cuenta que el Partido Verde es una organización política pequeña y reciente, que se trata de una intención del denominado voto de opinión y es el resultado de esa innovadora estrategia que pusieron en marcha Mockus, junto con Peñaloza y Luis Eduardo Garzón. El anuncio de ofrecerle la vicepresidencia al también candidato Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín, le ha dado buenos resultados al candidato ex alcalde de Bogotá.

En una última encuesta, cuyos resultados fueron divulgados por el diario EL TIEMPO, en la cual la intención de voto por Santos es del 29 por ciento y la de Mockus del 24 por ciento, ha dado pie para que algunos analistas hablen inclusive de un empate técnico. La campaña por la presidencia de la república se ha puesto más interesante de lo que se esperaba y es muy probable que se presenten más sorpresas, en muy corto plazo, en materia de alianzas y adhesiones insospechadas.

La otra noticia es más curiosa; el propio candidato por el Partido Verde se encargó de informarle al país que le han diagnosticado mal de Párkinson, en un estado incipiente que no le afecta sus conocidas capacidades intelectuales y de trabajo. El mal de Párkinson  es una enfermedad de carácter neurológico, que afecta el movimiento, la memoria y puede estar asociada a fenómenos de depresión; es incurable, pero tiene tratamiento médico muy conocido. En el caso de Mockus, según el mismo ha informado, quienes lo tratan le han dicho que no tendría problema en los próximos 12 años, y así lo han ratificado reconocidos neurólogos independientes del candidato.

La revelación de Mockus ha despertado la solidaridad por parte de los otros candidatos, como también de expresidentes y otras personalidades del mundo político, y también la solidaridad del país, en general; que reconoce en el profesor y matemático a un hombre honesto, transparente y sincero. En buena hora, sus contrincantes han propuesto que este tema sea excluido de la campaña, como debe ser.

Y el país debe destacar el gesto de transparencia de Mockus, de informar a todo el país, en especial a sus potenciales electores, sobre su estado de salud. Esto ratifica sus cualidades morales, y es muy posible que la misma revelación genere un aumento mayor en las preferencias de los electores.

No obstante lo anterior, queda una lección hacia el futuro y es que en Colombia, como en un buen número de democracias de todo el mundo, ya va siendo hora de establecer una norma que establezca que quienes aspiren a la Presidencia de la República, le informen al Estado, sobre su situación de salud física y mental, así como se informa sobre sus bienes y el origen de sus ingresos recientes, entre otros documentos, como sus antecedentes fiscales, penales y disciplinarios.

Colombia, un país con tantos problemas y con una democracia imperfecta, requiere de una norma de este tipo, que respete, obviamente, la intimidad de las personas, pero tratándose de hombres públicos este debería ser un requisito como los otros que establece la Constitución y la ley para ser Presidente de la República. El país no puede repetir casos como el del Presidente liberal, Virgilio Barco Vargas, quien ejerció buena parte de su gestión con serios problemas de salud; sin embargo, la misma historia ha demostrado que se rodeó de personas de muy bien nivel intelectual y con altas cualidades morales y – a la postre- el suyo fue un buen gobierno.

Hacia el futuro, insistimos, la situación de salud de los candidatos a la Presidencia de la República, como también a otros cargos de importancia nacional y en los gobiernos locales, deben ser de público conocimiento y certificada por médicos idóneos y serios. El gesto de Mockus, reiteramos, lo enaltece y ratifica su probada honestidad y responsabilidad con el servicio público.

Categories: Editorial Opinión
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