Una foto muy diciente se ve en nuestra portada de hoy: Ernesto Orozco en una insospechada soledad en un auditorio del Colegio Nacional Loperena a la espera de que el Consejo Nacional Electoral resolviera en las apelaciones presentadas por sus abogados a los resultados del 27 de octubre pasado.
Como es natural, al pasar las elecciones los ánimos vuelven a la calma y el líder de masas acude en solitario a escuchar el veredicto: Mello Castro recibirá credencial que lo acredita como alcalde. Pero lo que más queremos destacar es que de inmediato Orozco anunció que reconoce el triunfo de su campaña y felicita al nuevo alcalde. Cumplió su palabra.
El gesto del excandidato es bien recibido y no sorprende pues es reconocido por sus buenas formas y su seriedad. Aún más, cuando se le consultó que si asumiría la curul en el Concejo de Valledupar que le corresponde por ley aseguró que no lo haría pues, además, esto le quitaría la oportunidad a un candidato de su movimiento ‘Por ti Valledupar. “No sería justo que al entrar yo le quitaría ese derecho por el que tanto luchó también”, puntualizó.
De manera que se pone fin a una página del acontecer político de Valledupar e inicia otra con el empalme entre el gobierno saliente y el entrante, cosa de la que nos ocuparemos más adelante pues hay mucho que revisar en ese sentido.
Lo cierto hoy es que el Concejo de Valledupar no contará con las calidades y las capacidades de Ernesto Orozco, y debemos decir que sería buena su presencia en esa corporación que tanto necesita de profesionales y líderes gremiales y cívicos idóneos para la tarea del control político, que no es una cosa menor; por errores, desaciertos, malas prácticas esta corporación necesita nuevos aires y recuperar la confianza de la ciudadanía. De su futuro político no se conocen decisiones y hasta donde ha afirmado, Orozco Durán se dedicará a descansar de un largo año de campaña en compañía de su familia. Merecido.
Los desgastes propios de estas contiendas prelectorales y electorales son por todos conocidos. Ahora vienen nuevas etapas para las cuales debemos estar preparados. Los análisis serán necesarios pues lo que está en juego es nada menos que Valledupar, su desarrollo, la continuidad de lo bueno, la corrección de lo malo y las contingencias para cosas peores, que esperamos no se presenten.
Destacamos entonces el gesto de Ernesto, lo esperaron los medios de comunicación durante días para conocer su punto de vista sobre los resultados, las decisiones de su futuro y por supuesto las labores que hará de aquí en adelante en pro de la Valledupar a la que le profesa cariño y respeto.