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El gas en los pueblos indígenas

Los proyectos para la instalación de las redes de gas natural domiciliario en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta han tenido todo tipo de trabas y la discusión sobre su implementación en los territorios ancestrales ha distanciado a indígenas y campesinos, e inclusive a los mismos pueblos étnicos.

Recordemos lo que pasó en el pueblo kankuamo que se dividió en dos bandos: los de Lot Villazón y los de Jaime Arias. Los primeros han luchado durante varios años para que se permita la instalación del gas, y los segundos fueron férreos opositores que recientemente doblegaron ante las bondades de la gasificación y ante el clamor de la comunidad que espera pronto tener el servicio en los diferentes corregimientos que conforman el resguardo.

Ahora, la disputa por el mismo tema está en el municipio de Pueblo Bello, donde hay predominio de la etnia arhuaca. Allí hay quienes están a favor y quienes están en contra, pero la mayor talanquera se da en la consulta previa por la exigencia de 200 millones de pesos por parte de los indígenas para costear los gastos de las reuniones de concertación que deben realizar con las otras etnias de la Sierra Nevada.

Los indígenas insisten en que no están contra del desarrollo, sino que promueven el desarrollo sostenible y con los procesos consultivos garantizan que solo se realicen en sus territorios proyectos amigables con el medio ambiente y que no atenten contra su cultura ancestral.

En ese sentido, los hermanos mayores deben tener presente que está más que demostrado que el gas natural domiciliario es limpio, amigable con el medio ambiente, seguro, económico y de alto poder calorífico. La combustión de gas natural produce menos desechos en comparación con combustibles como Acpm, fuel oil, gasolina, leña y carbón. Precisamente, por la utilización de la leña y el carbón urge el gas en las estribaciones de la Sierra Nevada, ya que ayuda a contrarrestar la deforestación y mejora la calidad de vida de las personas que se enferman por cuenta del humo de los fogones artesanales.

Los indígenas en su cosmovisión también tendrán sus argumentos válidos para la oposición, por lo que insistimos en que ante esta situación debe primar su mejor herramienta para superar los conflictos, el diálogo. Ojalá lo más pronto puedan concretarse acuerdos entre las comunidades indígenas, campesinos, gobierno y empresa prestadora del servicio.

Por último, esperamos que la marcha programada para este martes en Pueblo Bello sea pacífica. En esta oportunidad no se manifestarán los indígenas, sino los demás habitantes de la zona que no están de acuerdo con la oposición al proyecto de gasificación que han esperado por varios años.

Categories: Editorial Opinión
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