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El gas, el hidrogeno y la no eliminación del carbón, un proceso lento

La descarbonización pasará por el gas.

Durante el lanzamiento del Congreso Naturgas 2021, la presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural, Luz Stella Murgas, habló sobre la transición energética, el caso de Europa, el hidrógeno, entre otros temas. Aquí tomamos los apuntes más importantes.

ENSEÑANZA

No podemos perder de vista las lecciones de Europa y Asia en la coyuntura actual, donde los vientos han estado ausentes, llevando la generación eólica en países como Alemania casi a cero y los precios de los combustibles a duplicarse. En la crisis del cambio climático, la palabra clave es cambio, y el gas natural en Colombia ha estado y estará firme. 

¡En Colombia sí hay gas! Con reservas potenciales de hasta 60 terapies Cúbicos entre yacimientos convencionales, en el Mar Caribe y no convencionales, que alcanzan para cerca de un siglo, podemos respaldar las energías renovables, que son cada vez más importantes en la transición energética, pero que dependen en su totalidad de los azares de un clima cambiante.

LA LEÑA

Cerca de 1.2 millones de familias colombianas aún cocinan con leña, generando cerca de 15.600 muertes al año por problemas respiratorios relacionados al material particulado fino, principalmente en mujeres campesinas, niños y ancianos. 

Esta revolución del gas natural en Colombia es, dado los retos que enfrenta el planeta, una revolución exportable. Solo en África, con 1.200 millones de habitantes, la mitad aún cocina con leña, carbón, desperdicios o combustibles líquidos, a pesar de contar con el 6 % de las reservas probadas de gas natural a nivel mundial. En países como Sierra Leona, tan solo el 15 % de la población cuenta con electrificación.

 Cocinar con leña genera cerca de 4.2 millones de muertes por problemas respiratorios cada año en el sur global, además de un 7 % de las emisiones de CO2 a nivel planetario, sin contar el impacto en pérdida de bosques tropicales como sumideros de carbono, y su irremplazable biodiversidad.

REDUCCIÓN, NO ELIMINACIÓN 

La reciente cumbre de COP26 en Glasgow, en la que una coalición de países en desarrollo liderados por India, China, Sudáfrica e Irán pidió modificar la redacción del acuerdo final que exigía la eliminación acelerada de combustibles fósiles, demuestra la complejidad que representa el que países ricos -que emitieron la gran mayoría del CO2 hoy en la atmósfera desde la revolución industrial- limiten a los países en desarrollo en el aprovechamiento de sus recursos energéticos para sacar a su gente de la pobreza. 

AFRICA Y EL GAS

Al llegar a sitios remotos con el gas hemos sembrado desarrollo humano, económico y social, abriendo el camino. Profundizar este proceso en otras latitudes con desarrollo sostenible, puede evitar crisis migratorias futuras que harían palidecer a las actuales. Por poner un ejemplo, tengamos en cuenta el caso de África que tendrá en 2030 el 60 % de la población en edad de trabajar del globo, y por sí sola tiene un potencial de desarrollo igual al de China e India sumados, alcanzando 3 mil millones de habitantes estimados a mitad del siglo. En otras palabras, llevar desarrollo humano y bienestar hoy es sembrar estabilidad y evitar crisis migratorias futuras.

Presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural, Luz Stella Murgas. 

DESCARBONIZACIÓN

Glasgow demostró que mientras se logran avances tecnológicos que hagan económicamente viable la descarbonización, el gas natural jugará un papel fundamental, y según la International Gas Union representará el 30 % de la reducción de emisiones con las tecnologías ya existentes y crecerá hasta conformar el 25 % de la energía primaria del mundo en el 2040. La energía nuclear de segunda generación, o fusión nuclear, así como los grandes sistemas de almacenamiento con baterías que permitan acumular energía renovable no convencional en grandes cantidades, son promesas tecnológicas importantes para alcanzar la descarbonización. 

Para alcanzar la descarbonización también se necesita del hidrógeno -tanto el hidrógeno verde con sistemas de electrólisis para acumular la energía de paneles solares y aerogeneradores- como del hidrógeno azul, producido con carbón o gas natural con sistemas de captura y almacenamiento de carbono. En hidrógeno varias empresas del sector gas en Colombia han anunciado proyectos piloto. En ambas tecnologías el gas natural jugará un papel importante, en la medida en que la infraestructura actual de transporte y generación térmica de gas natural puede aprovecharse con una mezcla de gas natural e hidrógeno. 

7.5  VECES MENOS

Hay un proceso químico llamado pirólisis, que a través de calentar el metano, separa la molécula dejando cuatro átomos de hidrógeno y uno de carbono, dando como resultado el carbono como un polvillo y no un gas difícil de almacenar en grandes volúmenes como el CO2. Este polvillo de carbono puede guardarse fácilmente y tiene múltiples usos industriales y agrícolas. Consume 7.5 veces menos energía para producirlo que el hidrógeno verde o el azul, y su implementación a escala al parecer está bastante adelantada. 

De combinarse las tecnologías de captura de carbono con biogás -cuyo potencial en países tropicales como Colombia es enorme- sería posible generar con el hidrógeno resultante energía carbono negativa, es decir no solamente limpia, sino limpiadora del CO2 en la atmósfera. Tan solo los rellenos sanitarios del mundo, producen algo más de 800 millones de toneladas métricas de biogás al año. 

TRANSPORTE

El transporte genera el 20 % de las emisiones de CO2 del mundo, la mitad en vehículos de pasajeros. El transporte de carga produce el 38 % de las emisiones de material particulado fino en Bogotá, y 28.2 millones de toneladas de CO2 a nivel nacional. En ciudades como Bogotá y Medellín, las personas pierden 2 años de expectativa de vida por material particulado fino, especialmente el PM 2.5, el cual según varias investigaciones publicadas recientemente por las universidades de Harvard y Oxford, parece contribuir a aumentar la transmisión del covid-19 a través del aire. 

Colombia tiene más de 800 estaciones de servicio de GNV por todo el territorio, más de 3.400 vehículos pesados operando a gas natural, de pasajeros, camiones, tractocamiones y volquetas, con la flota de buses urbanos a gas más grande del mundo en Bogotá. Hay 622.000 vehículos convertidos, 18 mil de ellos el año pasado, en plena pandemia.

Por Redacción EL PILÓN.

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Tags: Hidrógeno
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