Por: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
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Por estos días en Pueblo Bello no se habla de otra cosa que no sea el gas natural y la posibilidad de quedarse sin el proyecto que beneficiaría alrededor de 2.150 familias de la zona urbana y rural del municipio del norte del Cesar. Justo, fue el asunto del gas la razón por la que salieron a marchar casi 1.000 personas este martes 26 de marzo desde las ocho de la mañana.
Bajo la premisa de “sí al gas natural”, recorrieron la calle principal del municipio estudiantes, comerciantes, líderes políticos, entre otros hasta llegar a la entrada donde bloquearon la vía por más de una hora. Entre los concentrados se escuchaban los reclamos ante las diferencias de las autoridades y la comunidad indígena que no permiten que el proyecto inicie.
Específicamente, la diferencia es entre la Gobernación del Cesar, financiadora del proyecto, y la comunidad arhuaca, que pide tres meses de socialización entre sus comunidades para revisar el proyecto. Tiempo que las autoridades llaman innecesario y parte de un proceso dilatorio.
En la población hay fuerte presencia de indígenas de diferentes comunidades. El conflicto nace debido a que inicialmente los indígenas solicitaron entre 300 y 400 millones de pesos para realizar la consulta previa, según dijeron en su momento, porque con estos recursos pagarían los gastos de alimentación, transporte y organización de la logística para invitar a los cuatro pueblos de la Sierra.
La Gobernación y Gases del Caribe, empresa privada que ejecutaría el proyecto, no aceptaron la petición. Así se redujo hasta 200 millones de pesos la petición de la comunidad indígena, pero a las autoridades les seguía pareciendo una cifra muy alta.
“Gases del Caribe es una empresa privada, ellos dicen que aportan $40 millones; la Gobernación da otros $20 millones y nosotros como Alcaldía nos vinculamos con un aporte de $80 millones, para unos 140 millones de pesos, pero en medio de la negociación ahora piden tres meses para consultar el proyecto”, expresó el alcalde de Pueblo Bello, Juan Francisco Villazón Tafur, quien no ha tenido buena relación con un amplio sector de las comunidades indígenas en el municipio.
El miedo de la comunidad es que en tres meses el proyecto puede dilatarse hasta quedar engavetado. “La consulta es un derecho, pero el gas natural es un servicio urgente, para que nuestras ganancias, para que las suyas y las de todos los comerciantes de Pueblo Bello no se destinen solamente a pagar la pimpina de gas, necesitamos la gasificación”, manifestaba uno de los líderes de la marcha en una de las casi 20 camionetas que acompañó la marcha.
Además se ha regado entre la comunidad el rumor de la posibilidad que el proyecto lo trasladen hacia otro municipio. “El pueblo kankuamo aprobó la consulta para el gas natural en Río Seco en dos semanas y ahora están diciendo que si no se consolida el proyecto de la gasificación en Pueblo Bello están dispuestos para llevarse el gas para Atanquez”, comentó Pedro Montero, manifestante.
EN PUEBLO BELLO AÚN SE COCINA EN LEÑA Y CON PIMPINA
De los 2.150 beneficiados de la red de gas, 100 de ellos serían en la zona rural, en el corregimiento de Las Minas de Iracal. En la entrada a uno de los municipios más turísticos del Cesar abundan las imágenes de cientos de metros de bosque talado para la leña que se vende en el municipio. La imagen es preocupante por el impacto que puede tener sobre la Sierra Nevada. En los pequeños y grandes restaurantes, en las panaderías y ventas de fritos se cocina a leña.
Los que no cocinan con leña lo hacen con las clásicas pimpinas de gas. Por eso, en el pequeño municipio de unos 25.000 habitantes los protagonistas en las calles son los carromulas y motocargas trasladando pipetas de cilindros.
Pero cocinar con pimpinas no sale económico. “Imagine alguien que se dedica al campo tener que sacar 58.000 pesos cada 22 días para una pimpina. Eso ahoga, que al mediodía lleguen tus hijos del colegio y no tengas el almuerzo preparado porque se acabó la pimpina y no hay para comprar”, contó Alberto Gullón, quien estuvo en la protesta.
“Sabe lo que es pagar 60 mil pesos por la pimpina y que no dure el mes. Muchas familias que ahora utilizan el carbón y la leña se beneficiarían, eso sin contar la reducción de la tala de árboles”, comentó Wilmer Aroca, de Las Flores, uno de los 17 barrios que se beneficiaría del proyecto de gasificación.
Pueblo Bello es el municipio más joven del Cesar con una historia de casi 22 años desde que se oficializó jurídicamente como municipio, y el único en el departamento que no cuenta con el servicio de gas.
LOS RECURSOS Y LAS TRABAS
La iniciativa para instalar el servicio de gas en el municipio del Cesar data del 2015, pero faltaban los recursos. Según el primer mandatario municipal, Juan Francisco Villazón, fue hasta el mes de julio del año pasado cuando la Gobernación aprobó los recursos necesarios.
En forma de subsidios, la Gobernación aportará alrededor de $2.300 millones de pesos y Gases del Caribe invertirá unos $2.800 millones, además de la operatividad del servicio.
“En agosto se envía la iniciativa al Ministerio del Interior especialmente a la dirección de Consultas Previas para iniciar el proceso de consulta, la cual tiene varias fases, por ejemplo, la socialización, la apertura, la preconsulta y por supuesto la consulta”, añadió el alcalde municipal. Es para la última fase, la consulta, para la que los gobernadores arhuacos solicitaron alrededor de tres meses de plazo. En ese sentido, el mandatario aseguró que “si ellos tendrían la voluntad la sacarían en varias semanas”.
En varias reuniones con autoridades nacionales, como la Procuraduría General, la Defensoría del Pueblo, la comunidad arhuaca no hizo presencia.
Al respecto, la indígena Leonor Zalabata, comisionada de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas de la Comisión Nacional de Colombia, dijo que en su opinión no es que la comunidad indígena se hubiese negado a la consulta: “Lo que ocurrió es que no llegaron a un acuerdo en los procedimientos adecuados para poder hacer la consulta tanto metodológica como financiera, el tiempo es una de las cuestiones, la exigencia del alcalde, entendí que al 31 de marzo tener todo listo, pero es que una consulta tiene que ser libre, previa e informada de lo que se va hacer”.
“INTERESES POLÍTICOS IMPIDEN LA REALIZACIÓN DEL PROYECTO”
Un miembro de la comunidad, que omitió su nombre, explicó que en el municipio el tema se ha tornado político, toda vez que por un lado el alcalde Juan Francisco Villazón Tafur no ha tenido buena relación con los indígenas y por el otro los indígenas se excedieron en las exigencias, puesto que el proyecto es beneficioso para todos los sectores.
Y en los parlantes de la marcha, los líderes aseguraban que “el gas es un servicio, no un tema politizado”. Lo cierto es que los consultados durante la marcha reconocen que el centro de las diferencias es político.
“Estamos en un país político y todo le dan un color político. Precisamente los arhuacos dilataron la consulta pidiendo tiempo y tiempo, hasta un dinero exigían, y al final terminaron diciendo que requerían tres meses de plazo y eso no es necesario”, explicó Pedro Montero Arias.
“Algunas ideologías sin fundamentos se oponen al proyecto, personas que no están bien asesoradas, y es algo incoherente porque no solo nos sirve para el bolsillo, sino para las generaciones futuras y por esa misma razón tenemos que salir a dar la pelea”, exclamó Audel Cáceres.